¿Tienen que pedir perdón España y la Iglesia católica por la conquista de América?
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, cree que sí.
“Tenemos que pedir perdón y que el año 2021 sea el año de la reconciliación histórica“, afirmó en un video grabado delante de las solemnes ruinas mayas de Comalcalco, en el estado de Tabasco.
Estamos en Comalcalco, vamos a Centla a conmemorar 500 años de la batalla de los españoles contra la resistencia de los mayas-chontales. pic.twitter.com/glYO0eAMtX
— Andrés Manuel (@lopezobrador_) March 25, 2019
En 2019 se cumplen 500 años de la llegada de los conquistadores españoles, liderados por Hernán Cortés, a Tlaxcala, México.
Dos años después, en 1521, se consumaba la derrota de los mexicas a manos del imperio español.
López Obrador aprovechó esta efeméride para solicitar por carta a Felipe VI, rey de España, y al papa Francisco que pidan perdón a los pueblos originarios de México por la conquista.
Esta petición, que el gobierno de España rechazó “con toda firmeza”, levantó mucha polémica.
Esta controversia volvió a poner sobre la mesa el tema de la conquista de América y, concretamente, la leyenda negra sobre cómo actuaron los españoles.
Según la Real Academia de la Lengua, una leyenda negra es un “relato desfavorable y generalmente infundado sobre alguien o algo”.
En el caso de la Leyenda Negra española, los que defienden su existencia aseguran que se trata de un movimiento de propaganda antiespañola promovido a partir del siglo XVI por ingleses, holandeses y franceses, entre otros, con el objetivo de desprestigiar al Imperio Español.
Esa supuesta campaña de desprestigio -bajo la cuál se ocultarían intereses económicos, políticos y religiosos- se basaba supuestamente en falsear episodios históricos como la conquista de América o la Inquisición, por ejemplo, exagerando las atrocidades cometidas por los españoles en sus colonias.
Pero, ¿es realmente infundado lo que dice esa leyenda?
“La leyenda negra no existe”.
Así de categórico se muestra el historiador británico Henry Kamen (Rangún, Birmania, 1936), formado en la Universidad de Oxford, en Reino Unido.
“Es una idea fabricada por un escritor español de principios del siglo XX, Julián Juderías, que quería introducir el concepto de una conspiración del resto del mundo contra la cultura y la civilización de España”, señala Kamen.
De una opinión totalmente distinta es Elvira Roca (Málaga, España, 1966), autora del ensayo ‘Imperiofobia y leyenda negra’ y candidata al Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales 2019 de España.
“La leyenda negra es la opinión según la cual los españoles son un pueblo inferior a otros pueblos occidentales en las cualidades que se consideran propias de la civilización”, explica Roca.
Según la escritora, la leyenda negra sobre España empezó a forjarse mucho antes de que Julián Juderías la propagase.
“Empieza a aparecer a partir del crecimiento hegemónico de España, ya en el siglo XV, en los textos de los humanistas italianos, que, con una clase intelectual muy poderosa, se sentían molestos de que los españoles fuesen la potencia hegemónica del momento”, afirma Roca.
Durante los siglos XVI y XVII, “la época fuerte de la hegemonía española”, la leyenda gana fuerza y adquiere un carácter religioso por el que los españoles pasan a ser “enemigos del cristianismo y de la auténtica moral y un pueblo bárbaro”, prosigue la escritora.
Y añade que en el siglo XVIII, con una España ya no tan poderosa, la Ilustración francesa desarrolló un nuevo componente alrededor de la idea de que “los españoles eran un pueblo atrasado, inculto y sin talento para la ciencia”.
Por el contrario, Kamen tiene claro que se trata de una autodefensa española para hacer frente a las críticas.
Según él, la leyenda negra es “una expresión de un nacionalismo extremo que no ve ningún defecto en la actuación histórica de España”.
Entonces, ¿se alimentó la leyenda negra de la envidia de las otras potencias europeas ante la hegemonía española?
Según Elvira Roca, sí: “Proyectaban contra España un argumentario de razones para combatirla. Es razonable y humano, no es maldad”.
Y añade: “La historia humana es una historia de supervivencia“.
Kamen no lo ve igual. Según él, lo que propicia el concepto de leyenda negra es el nacionalismo que se desarrolló en España en la última década del signo XIX.
“Ese movimiento presentaba todo lo conseguido por el país en los siglos anteriores como la gran gloria de la humanidad”, asegura el hispanista británico.
Para ilustrarlo, cita una frase de Manuel Azaña, presidente de la Segunda República Española (1936-1939).
“Llegábamos a creer que todos los pueblos de la Tierra se habían conjurado contra nosotros y éramos víctimas de una injusticia atroz”, dijo Azaña.
Ahí reside, según Kamen, la explicación a la “reacción furibunda” que desató la petición de López Obrador al rey de España.
Los dos historiadores están de acuerdo en que la actuación de España no fue distinta a la de otros imperios europeos.
Entonces, ¿por qué a España la sobrevuela esta leyenda y a otras potencias hegemónicas europeas no?
“Muy fácil: porque España fue la potencia hegemónica que durante más tiempo pudo sostener una hegemonía en Europa Occidental, y además transcontinental”, asegura Roca.
Pero Kamen sí destaca una diferencia.
“La gente de África y Europa llevó a América, por ejemplo, las enfermedades, que cambiaron para siempre la evolución de esa tierra”.
Y añade: “Las consecuencias fueron bastantes peores en este caso que en otros en los que se trataba de una explotación de colonos sobre indígenas”.
Lo ilustra con un ejemplo: “Si nos fijamos en la esclavitud negra, no fue algo controlado por España. En cambio, todos los permisos oficiales pasaban por manos de la administración española y por eso era la que recibía las críticas”.
También en esto los historiadores consultados se posicionan en polos opuestos.
Roca asegura que sigue vigente y que afecta todavía hoy a la valoración que los españoles tienen de su país.
“Es una limitación, te traba como país”, asegura la escritora.
Kamen, en cambio, reitera: “No veo ninguna validez en la idea y me parece que no afecta a ningún aspecto de la realidad de la política de España. La leyenda negra es eso, una leyenda, una fantasía de un cierto nacionalismo que rechaza críticas aunque sean justificadas”.
Y concluye: “Se trata de una distorsión, de un victimismo creado para defenderse de las críticas. Son, en definitiva, ‘fake news'”.