Cuando llegó a la urna de votación, la cirujana dental Daniela Rodrigues, de 33 años, no vaciló ni por un segundo: votó por Jair Bolsonaro como futuro presidente de Brasil.
El aspirante ultraderechista sumó 46,03% de los votos válidos en los comicios realizados este domingo, lo que le coloca en la posición de favorito de cara a la segunda vuelta electoral que se realizará el próximo 28 de octubre.
En total, obtuvo el apoyo de más de 49 millones de electores, superando en más de 18 millones a su más próximo competidor, Fernando Haddad, exalcalde de Sao Paulo y candidato del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT), liderado por Lula da Silva.
Así, la ventaja que obtuvo Bolsonaro es tan amplia como ha sido la polémica que ha rodeado su candidatura y su carrera política.
Este capitán retirado del ejército que desde 1991 ocupa un escaño en el Congreso de Brasil es conocido por numerosas controversias que incluyen sus declaraciones favorables a la dictadura militar que gobernó Brasil desde la década de 1960 hasta 1985.
Además, ha sido acusado de racista, homofóbico y misógino.
Pero, entonces, ¿cómo se explica el amplio apoyo que obtuvo entre los votantes?
“La principal razón de mi voto es que no es corrupto, es honesto, transparente y tiene el coraje de encarar los desafíos para un verdadero cambio en el país”, dijo Daniela Rodrigues al explicar sus motivaciones.
“Bolsonaro es el único candidato de la derecha, que es conservador en las costumbres y liberal en la economía. Cuando digo conservador en las costumbres no significa que vaya a retroceder en el tiempo, ni que sea cuadrado, me refiero a que (puede contener) el deterioro de los valores y de la cultura, que viene de los gobiernos anteriores y que es fruto del marxismo cultural”, apunta.
Rodrigues considera además que el militar retirado es el único capaz de derrotar al PT.
“Y él también está a favor de la reducción de la mayoría de edad penal y contra la legalización del aborto, así como de (la divulgación) de material gay y de la ideología de género en las escuelas infantiles”, enumera haciendo referencia a muchas expresiones comunes entre los votantes de su candidato.
En el mes que precedió a la primera vuelta, todas las publicaciones de Rodrigues en su perfil de Instagram fueron de apoyo a Bolsonaro.
La odontóloga rechaza las acusaciones de misoginia contra él y considera que obedecen a “noticias sensacionalistas”.
“Los medios de comunicación muestran aquello por lo que les pagan para hablar”, dice y afirma que las manifestaciones multitudinarias de mujeres en contra de Bolsonaro durante la campaña fueron organizadas por los movimientos feministas y sectores de la izquierda.
Mientras que al comienzo de la campaña hasta un 49% de las mujeres manifestaban que nunca votarían por él, la intención de voto femenina por el candidato de ultraderecha fue aumentando, llegando a duplicarse, lo cual explicaría en parte sus buenos resultados este domingo.
Aunque su apabullante victoria sugiere de esta forma amplios apoyos entre distintas bases sociales y económicas, las encuestas previas a las elecciones apuntaban a ciertas características más predominantes entre los votantes de Bolsonaro.
“Bolsonaro sale mejor entre los electores de clase alta y alta escolarización que entre los pobres”, le dijo a la agencia AFP este domingo el politólogo Jairo Nicolau en base a las encuestas previas a los comicios.
En la última encuesta de Datafolha, un 45% de aquellos con estudios superiores declaraban su apoyo al líder de ultraderecha.
Entre las familias con renta inferior a dos salarios mínimos el apoyo a Bolsonaro se situaba en el 25%, mientras que aumentaba hasta el 51% entre los que ganan más de dos salarios mínimos.
También es destacable el atractivo que el político tiene entre los evangélicos, que representan más del 20% de la población brasileña y que se han convertido en una fuerza política con peso específico.
De hecho, Bolsonaro logró el apoyo de importantes líderes evangélicos que en elecciones anteriores habían respaldado a los candidatos del PT.
André Luiz Ferreira, un policía de tránsito jubilado de 59 años, afirma que la izquierda ya tuvo oportunidad de gobernar en Brasil con el PT.
“Para mí, ya vivimos una dictadura de izquierda disfrazada, con una censura peor que en el periodo militar, no se puede decir nada más”, argumenta. “Bolsonaro es quien defiende la verdadera libertad de expresión”, acota.
Para él, el militar retirado va a “restaurar Brasil desde el punto de vista moral, intelectual y económico, porque tiene capacidad estratégica y defiende el libre mercado”.
“No es cuestión de fanatismo, tal vez Bolsonaro no sea el mejor, pero es el menos malo con chances. Por eso voto por él. Brasil está en una encrucijada y no podemos correr el riesgo de entrar en un proceso de ‘venezualización’“, afirmó en referencia a la profunda crisis que se vive en el país vecino bajo el gobierno de Nicolás Maduro.
Considera, al igual que Rodrigues, que las declaraciones de Bolsonaro son “distorsionadas” por los medios “para dar la impresión de que él es racista, homofóbico o irrespetuoso”.
“Él defiende la castración química de los violadores, ¿cómo puede estar en contra de las mujeres?”, señala.
Ferreira también valoró que Bolsonaro haya escogido como su candidato a vicepresidente al general retirado Hamilton Mourão. “Es un hombre culto y que ha estudiado estrategias de seguridad, que es lo que más necesitamos”, apunta.
La cuestión de la seguridad pública también surge entre los motivos del administrador jubilado Rodrigo Rangel Pinto, de 66 años, para votar por Bolsonaro.
“La izquierda es permisiva. Ellos dicen que Bolsonaro es violento. No lo es. Él sólo quiere que los bandidos sean castigados. Cuando se habla de los derechos humanos se piensa más en el bandido que en el policía cuando muere en servicio. Eso necesita cambiar para que haya un equilibrio”, dice.
Rangel Pinto afirma que Fernando Haddad, el rival de Bolsonaro el día 28, sería “más de lo mismo”. Sin embargo, no cree que eso sea aplicable a su candidato, quien es diputado federal desde hace 28 años.
“Voto por la alternancia en el poder. El PT ya tuvo cuatro elecciones consecutivas y el país fue tomado por la corrupción, no se puede elegir al PT de nuevo”, afirma.
Y aunque el rechazo al PT ha sido sin duda un factor importante en la campaña, el politólogo Mark S. Langevin, director de la consultoría BrazilWorks, con sede en Washington, cree que es solo una faceta de la esencia del movimiento a favor de Bolsonaro.
La otra, más central y en la raíz de su atractivo político, es que nacionalista, militar e intolerante y, en consecuencia, autoritario, afirma el politólogo.
Fábio Nascimento, de 44 años, es funcionario de la prefectura de Maragogipe, en el estado de Bahía. En su opinión, “la izquierda llevó el país a un lodazal y fue una gran robadera”, lo que es una de las razones para votar por Bolsonaro.
“Me gusta él porque defiende la tolerancia cero con la criminalidad. Tiene que ser duro, hay demasiada violencia en las capitales y en el interior del país”, apunta.
Nascimento cree que, si llega a la presidencia, Bolsonaro va a combatir los privilegios de la clase política, aunque siendo parlamentario disfrutó de la ayuda para vivienda que le correspondía pese a tener un inmueble propio en Brasilia.
“Mientras existe el privilegio la gente lo usa. Es un hecho. Era un derecho que tenía, pero él va a acabar con eso”, dice.
Él comparte la visión de otros votantes de Bolsonaro de que “los medios” distorsionan las posiciones del diputado.
Preguntado por los episodios en los que Bolsonaro ha sido acusado de ser homofóbico o racista, después de pensar un poco, Nascimento concluye:
“Puede ser que sea racista o homofóbico, pero no está preso. Lula está preso. En ese momento prefiero un presidente que puede incluso ser homofóbico y racista, pero que no es un ladrón”.