Akira no es un agente inmobiliario cualquiera: en sus propias palabras, es "el agente de bienes raíces de los fantasmas".
Su especialidad son las Jiko Bukken. Es decir, las “casas embrujadas”.
Muchos japoneses creen que si alguien muere en soledad, se suicida o es asesinado, regresa a atormentar a los vivos como fantasma.
Y por eso no todos están dispuestos a vivir en sus antiguas viviendas, lo que Akira ha sabido convertir en una buena oportunidad de negocios.