Probablemente eres consciente de que tu teléfono sabe mucho sobre ti. Pero hay un pequeño sensor entre los entresijos de conectores y chips que componen el aparato capaz de medir algo en lo que tal vez nunca te habías parado a pensar: la velocidad angular.
En otras palabras, cómo agarras el celular; si está vertical, horizontal o inclinado.
Esa medida se transforma después en una señal eléctrica que el dispositivo procesa de forma inmediata.
Y no solo explica la rapidez o lentitud con la que lo mueves entre tus manos, sino que, además, puede dejar al descubierto tu código PIN o las conversaciones que mantienes.
Te contamos cómo.
“La mayoría de los smartphones, tabletas y otros dispositivos portátiles están equipados con una multitud de sensores -giroscopios, acelerómetros- que nos permiteninteractuar con el mundo real”, le dijo a la BBC Maryam Mehrnezhad, de la Facultad de Ciencias de Computación de la Universidad de Newcastle, en Reino Unido.
Muchos especialistas los denominan “sensores silenciosos”. En total, han identificado más de 25 de ellos.
El sensor que detecta la velocidad angular es el giroscopio, que ha convertido -junto al acelerómetro, que hace rotar la pantalla- en una de las piezas clave de los smartphones que se fabrican hoy día, y que también es fundamental en otros dispositivos, como relojes inteligentes.
Casi todos los teléfonos móviles fabricados en los últimos dos o tres años tienen giroscopio.
Por ejemplo, todos los iPhone a partir del modelo 5 lo incluyen, así como gran parte de los Android fabricados hace tres años: Google Nexus (del 4 al 6), Samsung Galaxy (a partir del S3 y Note 4), Sony Xperia (a partir del T y Z), son algunos de ellos.
Gracias al giroscopio puedes ver videos en 360, jugar a Pokémon Go o usar aplicaciones de realidad virtual. También sirve para que tu teléfono “comprenda” los gestos y movimientos que haces sobre la pantalla o los botones que activas.
El problema es que las aplicaciones pueden usar los datos que proporciona el giroscopio sin ni siquiera pedirte permiso o sin proporcionarte toda la información sobre para qué lo hace.
Un de ellas es Tinder, la app de citas más usada en todo el mundo.
La plataforma recaba datos tanto del acelerómetro como del giroscopio, pero no explica con exactitud para qué los usa.
“Recopilamos la información que usas para acceder a nuestros servicios, incluida la del hardware y software -como la dirección IP- tu tipo de conexión inalámbrica o sensores como el acelerómetro, el giroscopio y la brújula“, se lee en su sitio web.
Otras aplicaciones usan el giroscopio como un micrófono, pero sin acceder realmente al micrófono del dispositivo, según revelaron investigadores de la Universidad de Stanford, en Estados Unidos.
Así, pueden captar conversaciones privadas sin levantar sospechas, aseguraron los especialistas. Y es que estos sistemas son capaces de recoger señales acústicas que, debidamente procesadas, reproducirían el sonido en al menos un 50%.
“Como iOS y Android no necesitan permisos especiales para acceder al giroscopio, nuestros resultados muestran que las aplicaciones que no pueden acceder al micrófono sí pueden, sin embargo, escuchar lo que se dice”, reza el documento.
Otro riesgo es que sepan cuál es tu código PIN al, adivinar, por la manera en que mueves y agarras el celular, cuál es el número.
Al pulsar los números, inclinamos la pantalla hacia uno y otro lado. Un movimiento inapreciable a primera vista, pero que, según Mehrnezhad y otros expertos de la Universidad de Newcastle, permite averiguar el código en el 70 por ciento de los casos.
Basta con un código de JavaScript para descifrar el PIN. Ese código puede introducirse en el móvil de la víctima a través de un programa o enlace malicioso.
Para evitar problemas, puedes decidir tú mismo a qué aplicaciones le das acceso al giroscopio y otros de los “sensores silenciosos” de tu teléfono, dentro del menú “Configuración”.
Aquí tienes la lista completa: