Tener la memoria de un veinteañero a los 60 o 70 años de edad.
Ese fue el resultado que obtuvo un equipo de investigadores que estimuló el cerebro de un grupo de voluntarios con impulsos eléctricos, logrando unamejora de la memoria funcional (temporal).
Las personas que participaron en el experimento llevado a cabo en la Universidad de Boston (EE.UU.) eran adultos de más de 60 y 70 años y durante unos 50 minutos recuperaron la capacidad de memoria de alguien 40 años menor.
Este estudio busca completar investigaciones más amplias sobre el uso de la estimulación cerebral para ayudar a las personas en la vida cotidiana o en el tratamiento de enfermedades como el alzhéimer.
La memoria funcional o memoria de trabajo es la capacidad de la mente para guardar información temporal.
Una persona necesita esa memoria para retener un número de teléfono mientras alguien le dicta.
La resolución de problemas, los cálculos matemáticos y la toma de decisiones también involucran la memoria funcional o de trabajo.
Robert Reinhart, profesor asistente en la Universidad de Boston y uno de los investigadores de este estudio, dice que esta memoria “es esencialmente donde vive la conciencia”.
La memoria de trabajo es diferente a la memoria a largo plazo, que le permite a alguien recordar su primer día en la escuela, el día de su boda, a su mascota de la infancia, etc…
Pero las personas vamos perdiendo memoria funcionalde forma natural con la edad.
En el estudio, publicado en la revista Nature Neuroscience, participaron 42 personas de más de 20 años de edad y otras 42 que superaban los 60 o 70 años.
Todos jugaron a encontrar las diferencias entre dos imágenes mostradas una después de la otra.
Los adultos jóvenes fueron más rápidos y más precisos sin ningún tipo de estimulación cerebral, mientras que el rendimiento de los adultos mayores mejoró con la estimulación cerebral.
“Podemos recuperar la más alta capacidad de la memoria funcional que se tenía cuando eras mucho más joven”, explicó Reinhart.
“Esto es importante porque la población mundial está envejeciendo rápidamente, y los ancianos batallan con muchas actividades del mundo real que dependen altamente de sus recuerdos”.
Estos incluían reconocer rostros humanos, recordar la toma de sus medicamentos y tomar decisiones financieras.
Los investigadores se centraron en las ondas en dos regiones del cerebro involucradas en la memoria funcional, la temporal y la prefrontal.
“El cerebro es como el director de una orquesta y utiliza ritmos de baja frecuencia (ondas cerebrales) para comunicar información”, dice Reinhart.
El estudio mostró que a medida que envejecemos las ondas cerebrales se desincronizan, como los músicos que no se coordinan.
El equipo de la Universidad de Boston comenzó registrando las ondas cerebrales de las personas con un electroencefalograma.
Luego utilizaron la estimulación eléctrica, específicamente la corriente alterna transcraneal de alta definición, para fortalecer y resincronizar las ondas cerebrales.
Los investigadores y otros científicos quieren ver los experimentos repetidos con grupos más grandes de participantes para tener certeza de los resultados.
La otra cuestión es si la mejora de la memoria registrada en este estudio marcaría una diferencia significativa en la vida cotidiana de las personas.
No se sabe cuánto tiempo dura este tipo de estímulo, ya que el estudio solo evaluó a las personas durante 50 minutos.
Para ser útil en la vida cotidiana se necesitaría un beneficio a largo plazo o una forma de hacer que la tecnología sea portátil.
La investigación se realizó solo en personas sanas, por lo que es imposible sacar conclusiones sobre enfermedades como la de alzhéimer.
Los investigadores esperan que algún día la estimulación cerebral tenga un papel en el tratamiento de una variedad de trastornos cerebrales, desde la demencia hasta el autismo, el trastorno por déficit de atención e hiperactividad y la epilepsia.
La Alzheimer’s Society acogió con satisfacción el informe: “Modificar y corregir los circuitos del cerebro con tecnología es una nueva e interesante vía de investigación para la demencia”.
Dorothy Bishop, profesora de neuropsicología del desarrollo de la Universidad de Oxford, dice que “sería prematuro extrapolar los hallazgos” a personas con problemas de memoria clínicamente significativos.
“No hay indicios de que los efectos beneficiosos de la estimulación persistan más allá de la sesión experimental“, indicó.
La investigadora dijo que habría que realizar mucha más investigaciones antes de concluir que este método tiene una aplicación clínica.