El crecimiento de la población, el aumento del consumo de carne y la intensificación de la actividad económica vienen presionando en forma creciente los recursos hídricos del mundo.
Habitantes de casi 400 regiones del planeta ya están viviendo en condiciones de “estrés hídrico extremo“, según un nuevo informe del World Resources Institute (WRI), un centro de estudios con sede en Washington.
El estrés hídrico mide la cantidad de agua extraída de fuentes subterráneas y superficiales en comparación con el total disponible.
El temor es que la escasez de agua pueda causar el desplazamiento de millones de personas en el mundo, generar conflictos e inestabilidad política.
Desde México y Chile a áreas de África y centros turísticos en el sur de Europa y el Mediterráneo, el nivel de estrés hídrico está llegando a niveles preocupantes.
Casi un tercio de la población global, cerca de 2.600 millones de personas, vive en países en situación de estrés hídrico “extremadamente alto”, incluyendo 1.700 millones de personas en 17 naciones con “escasez extremada de agua”, según el WRI.
Mientras los países de Medio Oriente son considerados los de mayor estrés hídrico, el estudio también destaca que India viene “enfrentando desafíos críticos relacionados con el uso y gestión del agua, y esos problemas afectan todos los aspectos, desde la salud al desarrollo económico”.
Pakistán, Eritrea, Turkmenistán y Botsuana también sufren escasez extrema de agua, de acuerdo al informe.
Los datos fueron compilados a partir de la plataforma Aqueduct 3.0 de WRI, que analizó varios modelos hidrológicos y calculó cuánta agua es retirada de las reservas superficiales y subterráneas en cada región en comparación con el total de agua disponible.
Cuando la proporción de agua retirada excede el 80%, las áreas son consideradas con “escasez extrema de agua”.
“Siendo alguien que trabaja con datos, trato de ser bastante imparcial en la interpretación de los números, pero quedé sorprendido con la mala situación de India“, señaló a la BBC Rutger Hofste, autor principal del estudio.
India es el país número 13 con mayor estrés hídrico, y es seguido en la lista por su vecino Pakistán.
Nueve de los 36 estados y territorios de India están clasificados como “extremadamente escasos de agua”. Y Chennai (antigua Madrás), la capital del estado de Tamil Nadu, en el sur del país, sufrió recientemente un ciclo de inundaciones y sequías.
“La continua crisis hídrica en una ciudad principal como Chennai demuestra en gran parte los desafíos que India enfrentará en los próximos años, exacerbados por la mala gestión del recurso y por el aumento en la demanda tanto por parte de la población como de la industria”, afirma el informe.
De acuerdo al WRI, México enfrentará una situación tan grave como India, si no se toman medidas.
Quince de los 32 estados del país son clasificados como extremadamente escasos de agua. Y Hofste destaca que Ciudad de México, en particular, tiene “un sistema de agua muy frágil”.
En Chile, 10 de las 16 regiones del país también fueron clasificadas como “extremadamente escasas de agua”, incluyendo Santiago.
Brasil, sin embargo, se encuentra en otra situación. La mayor parte del país tiene un riesgo bajo de estrés hídrico, según el informe.
Pero Brasilia es la zona en mayor situación de estrés hídrico (mediano-alto) del país, seguido de Ceará, Paraíba, Rio de Janeiro y Pernambuco.
De acuerdo a la Agencia Nacional de Aguas de Brasil (ANA), el país posee cerca del 12% de la disponibilidad de agua dulce del planeta, pero la distribución del recurso no es equilibrada.
En la región Norte, por ejemplo, se concentra aproximadamente el 80% del agua disponible, aunque esa zona representa solo el 5% de la población nacional. Las regiones costeras, donde vive más del 45% de la población, poseen solamente el 3% de los recursos hídricos del país.
Las capitales de China y Rusia, Pequín y Moscú, también sufren “escasez extrema de agua”.
“Otras sorpresas”, según Hofste, fueron halladas en el sur de Europa, incluyendo Italia y España, donde el turismo representa una presión adicional a los sistemas de agua durante los meses más secos del año.
Más de la mitad de las 20 regiones de Italia fueron consideradas “bajo estrés hídrico extremo”, así como un tercio (27) de las 81 provincias de Turquía.
Ciudad del Cabo, en Sudáfrica, pasó por un grave desabastecimiento de agua en 2018, que llevó a la implementación de restricciones en el uso del recurso.
Y 10 de los 17 distritos de Botsuana así como partes de Namibia sufren “escasez extrema de agua”.
Entre 1961 y 2014, la tasa global de retirada de agua, o la cantidad de agua dulce extraída de fuentes subterráneas y superficiales, aumentó 2,5 veces.
La demanda de agua para irrigar cultivos aumentó más del 100% en el último medio siglo, según el WRI. Cerca del 7% del agua consumida anualmente a nivel global es para irrigación.
La industria consumió en 2014 tres veces más agua que en 1961 (21% del total de retiradas brutas).
La retirada de agua por familias aumentó más de seis veces en relación a 1961 y representa actualmente el 10% el total.
Un pequeño porcentaje de agua es retirada de fuentes hidrológicas para la producción pecuaria.
Pero Hofste aclara que el agua usada para irrigar plantaciones para alimentar el ganado representa el 12% del recurso utilizado en irrigación, de acuerdo a un estudio de 2012 realizado por investigadores de la Universidad de Twente, en Holanda.
En el marco de una tendencia al aumento de la demanda por productos de origen animal, la reducción del consumo de carne puede ayudar a aliviar la crisis de recursos hídricos del mundo, según Hofste.
“Ésa es probablemente ‘la solución milagrosa’ si me preguntaran por una respuesta de ese tipo para la crisis global del agua”, afirmó el investigador a la BBC.
“Usamos muchas tierras agrícolas para plantar comida y alimentar a los animales. Si pensamos en la transformación de esos recursos en calorías, no es el mecanismo más eficiente”.
De acuerdo al estudio holandés de 2012, el impacto hídrico de cualquier producto animal es mayor que el de los productos agrícolas con valor nutritivo equivalente.
Varias agencias de Naciones Unidas ya advirtieron que el cambio climático hará menos previsible la disponibilidad de agua en algunos sitios.
Se prevé que el aumento de temperatura y la mayor variabilidad de lluvias reduzca la productividad de los cultivos en muchas regiones tropicales del mundo en desarrollo, donde la seguridad alimentaria ya es un problema, según la Organización Mundial de la Salud.
Y de acuerdo con la Convención de Naciones Unidas para el Combate a la Desertificación, la escasez de agua en algunos lugares áridos y semiáridos causará el desplazamiento de 24 a 700 millones de personas hasta 2030, si continúan las tendencias actuales.
Algunos países en situación de estrés hídrico están en zonas de conflicto y el agua puede ser un factor que contribuya a esos enfrentamientos, señala el informe.
El WRI también afirma que muchas muchas áreas con carencia extrema o alta de agua se encuentran en zonas de conflicto, y ese recurso puede ser un factor que influya en los enfrentamientos. Esas áreas incluyen Israel, Libia, Yemen, Afganistán, Siria e Irak.
Por otra parte, muchas de las áreas que deberán absorber a gran parte de la población desplazada, como Jordania y Turquía, también sufren estrés hídrico.
Pero los datos del WRI también muestran que incluso los países sin estrés hídrico grave también son vulnerables debido a sequías, un fenómeno que se define como una caída de las lluvias a menos del 10% del nivel normal.
Moldavia y Ucrania, por ejemplo, son definidas como países de estrés hídrico bajo o mediano, pero están en los primeros lugares de la lista que países expuestos a riesgos de sequía. En la lista sigue Bangladesh, que tiene un nivel de estrés hídrico calificado de bajo.
Los pequeños agricultores en esos países son además menos flexibles a las variaciones en el abastecimiento de agua en comparación con los agricultores de California.
Hofste aseguró que los datos de Aqueduct 3.0 también muestran que, en sitios en que los factores socioeconómicos son los principales impulsores del estrés hídrico, esos factores pueden ser mitigados a partir de una buena gestión del agua.
Singapur, por ejemplo, construyó un sistema de abastecimiento sustentable que el gobierno llama “Cuatro Grifos”. El sistema se basa en cuatro pilares: cosecha de agua, importaciones de agua, agua recuperada de alta calidad conocida como NEWater y agua desalinizada.
Israel es otro líder mundial en tecnologías avanzadas de agua y gerenciamiento del recurso.
Hofste señaló que los países que enfrentan desafíos relacionados al agua, como India, pueden actuar siguiendo esos ejemplos para enfrentar sus propias crisis.
“El estrés hídrico es un indicador importante, pero no representa un destino inmutable“, afirmó Hofste a la BBC.
“Lo que suceda depende mucho de la respuesta del país. Y hay ejemplos de países que enfrentan crisis hídricas con éxito”.