Sobrevivir a un secuestro puede ser una experiencia traumática. A Sarah Murphy le ocurrió hace tres años en Londres, Reino Unido, cuando regresaba a casa tras una noche de fiesta. Tenía 25 años y pasó miedo. Meses después creó una app para sentirse más segura. Así se lo contó a BBC Mundo*.
Hace tres años intentaron secuestrarme… y todavía no lo he superado.
Era agosto de 2015. Hacía un año que me había graduado y acababa de empezar mi primer trabajo en Londres. Estaba contenta, las cosas me iban bien.
Un día fui a un concierto en un parque al sur de la ciudad. Fui al evento con una amiga, pero después nos separamos y me fui a casa. Yo vivía prácticamente a la vuelta de la esquina, en una zona llamada Clapham South.
Por aquel entonces tenía dos compañeras de piso. Una de ellas estaba en casa cuando llegué. Había llovido durante el día, pero después hizo calor y nos apeteció salir un rato. Así que fuimos a una discoteca por nuestra zona.
Cuando salimos del lugar, ella quería ir a comer y yo estaba cansada y deseando irme a casa. Eran las 3 y media de la mañana.
Poco después intentaron raptarme desde un auto.
Traté de pedir un Uber, pero no había ninguno disponible en ese momento. Tampoco había taxis.
Pensé: “Bueno, tomaré el autobús”. Pero cuando llegué a la parada vi que tenía que esperar unos 10 minutos hasta que llegara el siguiente, así que decidí caminar porque me demoraba más o menos ese tiempo en llegar a casa.
Comencé a andar al lado de la carretera. Estaba a punto de girar para meterme en mi calle cuando, de repente, un auto paró en seco a mi lado.
Antes de que me diera tiempo a reaccionar, un tipo salió del vehículo y tiró de mí con fuerza para meterme en el auto. Entonces vi que dentro había tres hombres más.
El tipo que había salido trataba de empujarme hacia el asiento… y en ese momento me di cuenta de lo que estaba a punto de ocurrir.
Estaba muy asustada, pero tuve suerte.
Llevaba unos zapatos con unas cuñas muy altas y empecé a golpear la ventanilla con los pies. Entré en pánico. No dejaba de dar patadas para que el tipo que me había metido en el auto no pudiera cerrar la puerta.
El hombre salió del coche para intentar evitar que yo siguiera pataleando… y entonces pude salir yo también.
Estábamos los dos de pie, en el pavimento, junto al coche. El maletero estaba abierto y él trataba de meterme dentro. Comencé a darle patadas y me puse a gritar.
Por suerte, llegó un autobús, que asustó a los secuestradores. Ni siquiera vi al conductor. Es más, creo que nadie vio lo que pasó. Pero los tipos del auto se fueron y pude respirar tranquila. Me había salvado de la situación.
Me daba miedo que esos hombres volvieran a buscarme, así que me metí en una bocacalle y fui a casa lo más rápido que pude.
Solo recuerdo que respiré profundo y pensé: “¡Dios mío! ¿Qué acaba de ocurrir?”
La experiencia cambió mi vida en muchos sentidos. Me herí en la pierna y en el costado derecho y estuve varias semanas recuperándome, aunque me costó años recobrar totalmente el movimiento. También está la parte psicológica: ahora soy mucho más precavida.
Pero decidí hacer algo para sentirme más segura.
Con ayuda de mi novio Richard, creé una aplicación, Chaperhome. Le conté la idea y él me apoyó en todo.
Tuvimos cosas a favor. Él llevaba años trabajando en tecnología y acababa de crear una startup con su socio, quien nos ayudó con el diseño. Y yo siempre había trabajado en el sector, dentro del ámbito de la contratación.
Vimos que, en ese momento, había algunas apps en el mercado que, o bien monitoreaban todo el tiempo el lugar donde se encuentra la persona, o bien permitían activar un botón de pánico para avisar directamente a la policía, lo cual me parecía extremo.
Sé que ahora las cosas han cambiado un poco, pero en ese momento pensé que lo mejor para mí aquel día habría sido poder enviar una notificación a una persona de confianza diciéndole: “Voy a ir este lugar y espero llegar a casa a esta hora. Si no llego a casa, esta es mi ubicación más reciente”.
El proceso de crear la aplicación no fue fácil. Hay muchos detalles en los que uno no piensa al principio. Empezamos en junio de 2016 y la lanzamos en septiembre de 2017. Hicimos muchos cambios y no comenzó a funcionar por completo hasta febrero de 2018.
Incluimos varios mapas interactivos -que ahora estamos actualizando- para ver qué aspecto tiene la calle y si hubo algún tipo de crimen en las últimas horas.
También tiene una opción para decirle a tu “protector” dónde estás y a que hora planeas llegar a tu destino. Esa persona recibe una notificación cuando llegas al lugar. Si no es así, recibe mensajes y alertas.
Creamos algunas funciones enfocadas en adolescentes y otras por si te sientes inseguro caminando por la calle o crees que alguien te está siguiendo, para que puedas avisar inmediatamente a tus amigos o familiares.
El propio Richard usó la app cuando ocurrió el ataque en Westminster de 2017 porque justamente aquel día él había quedado con unos amigos por esa zona, y así pudo confirmarme que se encontraba bien.
Yo estaba un poco nerviosa y cuando me llegó la notificación diciendo que había llegado a su destino me quedé mucho más tranquila.
Me encantaría que estas cosas nunca ocurrieran y que todo el mundo, sobre todo las mujeres, pudieran sentirse siempre a salvo cuando caminan por la calle… pero hay cosas que no podemos evitar.
Ya no salgo tanto por la noche, y cuando lo hago trato de irme antes.
Pero al menos con la app me siento un poco más protegida. Aunque no estoy tranquila del todo hasta que no llego a mi casa.
Chaperhome solo está disponible, por ahora, en Reino Unido. Pero existen varias aplicaciones de este tipo en Latinoamérica. Estas son algunas de ellas: