"Apoyamos a los venezolanos en su humilde búsqueda de la libertad".
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, renovó su respaldo al líder opositor Juan Guaidó como “presidente encargado” de Venezuela este martes.
Trump realizó estas declaraciones durante el que se considera su discurso político más importante del año, el Estado de la Unión.
Se trata de la segunda vez que el mandatario ofreció este tipo de discurso y lo hizo en un momento de especial tensión tanto en el plano nacional como internacional.
En Estados Unidos, Trump habló ante un Congreso dividido y en medio de las difíciles negociaciones con los demócratas para llegar a un acuerdo sobre los presupuestos y evitar así un nuevo cierre del gobierno.
El discurso de Trump también se produce en medio de la crisis de Venezuela, en la que Washington se ha implicado de lleno.
En su discurso, Trump condenó “la brutalidad del régimen de Maduro” y elevó la tensión con ese país.
“Sus políticas socialistas hicieron que el país pasara de ser el más rico de Sudamérica a un Estado de pobreza extrema y desolación”.
Washington fue el primer país en reconocer a Guaidó como presidente “encargado” de Venezuela después de que éste se autoproclamara como tal el pasado 23 de enero, ante una multitud de personas en Caracas.
Desde entonces, la Casa Blanca ha aumentado la presión para acabar con el gobierno de Maduro e insta a otros países a sumarse a esos esfuerzos.
Tras dos años de creciente crispación partidaria en Estados Unidos, Trump abogó por un mensaje de unidad, en línea con los discursos que hizo anteriormente en esta cámara.
“En el comienzo de un nuevo Congreso, me presento aquí preparado para trabajar con ustedes para conseguir avances históricos para todos los estadounidenses”, destacó al comenzar su alocución.
“La agenda que presento esta tarde no es una agenda republicana o demócrata. Es la agenda de los estadounidenses”, manifestó el presidente.
Trump consideró que políticos de todos los ámbitos comparten los mismos intereses.
“Defender los empleos estadounidenses, el comercio justo (…) crear un sistema de inmigración que sea seguro, justo y moderno, y perseguir una política exterior que ponga los intereses de los estadounidenses primero”, enumeró.
“Juntos, podemos romper décadas de estancamiento político”, instó el mandatario durante su intervención, en la que además destacó los logros económicos de su gobierno.
La falta de acuerdo entre demócratas y republicanos llevó al cierre parcial del gobierno más largo de la historia del país a principios de este año, algo que podría repetirse si no se llega a un pacto pronto.
La disputa se centra en una de las propuestas que marcó la campaña presidencial de Trump: el presidente pide US$5.700 millones de financiación para construir un muro en la frontera sur con México, pero los demócratas se niegan de plano.
Pese a su mensaje de unidad, Trump también criticó “las ridículas investigaciones partidistas”, en aparente alusión a la supuesta colusión entre su campaña y Rusia en la carrera presidencial de 2016 que le llevó al poder.
El Congreso recibió sus palabras entre el rechazo esperado de los demócratas y los múltiples aplausos de los republicanos, aunque también hubo espacio para algunas sorpresas.
Legisladoras de ambos bandos se pusieron en pie cuando el presidente hizo mención a los avances de la mujer en múltiples sectores del país, en una especie de ovación que sorprendió hasta al presidente.
Además de la situación en Venezuela, el presidente también aludió a la inmigración procedente de otros países latinoamericanos y de México para pedir apoyo para su muro.
“Mientras hablamos, grandes y organizadas caravanas están de camino a Estados Unidos”, destacó Trump.
El presidente fue más allá de sus habituales críticas a estos grupos de personas que se encaminan hacia Estados Unidos a pie y aseguró que en ciudades mexicanas están trasladándoles en “camiones y autobuses” hacia puntos de EE.UU. que tienen “poca protección fronteriza”.
En el último año, diversas caravanas llegaron a la frontera sur de Estados Unidos, integradas en su mayoría por personas procedentes de países centroamericanos que aseguran huir de la violencia y la pobreza.
“Los inmigrantes legales enriquecen nuestro país y refuerzan a nuestra sociedad de maneras incontables. Quiero que la gente venga a nuestro país, pero tienen que hacerlo de forma legal”, manifestó Trump.
El presidente recordó que enviará 3.750 tropas a la frontera sur para “preparase para esa tremenda invasión”.
Trump volvió a describir la situación en la frontera sur como de crisis e insistió: “Los muros funcionan y salvan vidas”.
El mandatario estadounidense también se refirió a China, Rusia y Corea del Norte.
Sobre Pekín, insistió en la necesidad de conseguir un acuerdo comercial justopara los estadounidenses y culpó de la “injusta” situación comercial a los anteriores gobiernos estadounidenses.
“No culpo a China de aprovecharse de nosotros: culpo a nuestros líderes y representantes por permitir que pasara”.
“Tengo mucho respeto por el presidente Xi (Jinping), y estamos trabajando en nuevo acuerdo comercial con China”, destacó.
Trump también consideró que sin su acción, la relación con Corea del Norte hubiera sido hoy muy diferente.
“Si yo no hubiera sido elegido, estaríamos en una gran guerra con Corea del Norte”, manifestó, tras hacer alusión al cese de pruebas balísticas de Pyongyang pero sin referirse al estado de las negociaciones para conseguir una península coreana libre de armas nucleares.
El presidente reveló que celebrará la fecha del nuevo y segundo encuentro con el líder norcoreano, Kim Jong-un: el próximo 27 y 28 de febrero en Vietnam.
Con Rusia, el discurso de Trump fue más crítico.
El líder estadounidense aseguró que Moscú había incumplido el Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio (INF, por sus siglas en inglés), un acuerdo clave sobre misiles nucleares que se remonta a la Guerra Fría.
“Eso es por lo que anuncié que Estados Unidos se retira oficialmente del tratado“, argumentó Trump.
El presidente también dejó clara su visión para Oriente Medio, tras anunciar el pasado mes de diciembre de retirar sus tropas terrestres de Siria.
“Ha llegado la hora de al menos intentar la paz”, manifestó.
“Las grandes naciones no luchan guerras interminables”.