Redacción / BBC News Mundo
“Tú ya sabes que cuando me pongo esta bata verde, es porque algo va a pasar. Hoy vamos a hacer aquí unos bonitos glúteos”, dice con un fuerte acento carioca este hombre musculoso, mirando a la cámara de su celular.
Así es como Denis Cesar Barros Furtado, un médico brasileño conocido por el apodo de “Doctor Bumbum“, se presenta en uno de los muchos videos que solía publicar en sus redes sociales para mostrar su rutina de trabajo.
“Me piden ser menos irreverente, hablar como otros médicos hablan por aquí, más despacio, haciendo menos caras (… ) sin contar chistes, pero voy a decirles algo, un burro viejo no aprende trucos nuevos”, dice en otra de las grabaciones donde responde preguntas de sus seguidores.
Pero este martes, los perfiles de Furtado en Instagram y Facebook que sumaban casi un millón de seguidores fueron eliminados.
El cirujano plástico está prófugo de la justicia.
El médico se dio a la fuga cuando una corte de Rio de Janeiro decretó su arresto preventivo después de que una mujer falleciera al día siguiente de que él la sometiera a un procedimiento estético en su propio departamento.
El Consejo Regional de Medicina de Rio de Janeiro dijo que Furtado no tenía autorización para ejercer la medicina en la ciudad (además de en Río, atendía en Brasilia y São Paulo) y señaló que abrió una investigación sobre la muerte de esta paciente.
Lilian Calixto, de 46 años, había viajado desde Cuiabá, en el centro de Brasil, hasta Río de Janeiro para que Furtado le realizara una cirugía para aumentar el tamaño de sus nalgas.
Según las investigaciones, Furtado la sometió el pasado sábado a un polémico procedimiento que involucra el uso de inyecciones de polimetilmetacrilato(PMMA).
Lo hizo en su propio departamento, en el elegante vecindario de Barra de Tijuca.
El PMMA es una sustancia compuesta por microesferas de un material parecido al plástico. Está aprobada por la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria de Brasil, pero solo en pequeñas cantidades y en casos puntuales.
El polimetilmetacrilato actúa como una especie de cemento que se adhiere a la piel y no es absorbido por el cuerpo. Por ello, si el PMMA causa algún problema es muy difícil retirarlo del cuerpo.
Tras recibir la inyección, la paciente sufrió complicaciones y Furtado la llevó a un hospital en estado grave.
Cuando llegó, la mujer presentaba taquicardia e hipertensión y, después de cuatro ataques cardíacos, fallecióeste domingo.
El hospital informó que, a pesar de los esfuerzos, Calixto “no respondió a las maniobras” de reanimación.
La razón exacta de su muerte aún no ha sido confirmada, pero se apunta a que Calixto sufrió una embolia pulmonar por el uso excesivo de PMMA.
Furtado desapareció poco después. La policía informó que detuvo a su novia, quien presuntamente participó en el procedimiento.
En su página personal de internet, Denis Furtado dice que es médico postgraduado en dermatología del Instituto Brasileño de Enseñanza y en modulación hormonal por la Academia brasileño-estadounidense de Medicina Integradora y Regenerativa.
Su fama profesional se debe principalmente a que realiza cirugías plásticas sin cortes que no requieren internación.
Furtado ganó miles de seguidores en redes publicando fotos de mujeres atendidas por él en las que mostraban sus glúteos esculpidos con PMMA.
Sin embargo, datos aportados por la policía revelan un perfil mucho más oscuro.
Según Adriana Belém, vocera de la comisaría policial del vecindario donde vivía Furtado, en su historial delictivo aparecen siete acusaciones. Una de ellas, es por homicidio.
Otros delitos que figuran en su expediente son tenencia ilegal de armas, delito contra la administración pública, resistencia al encarcelamiento y violación de domicilio.
El año pasado, fue acusado en cuatro ocasiones por la Policía Civil del Distrito Federal de Brasilia por ejercer ilegalmente la medicina, entre otros delitos, y el Consejo Regional de Medicina le retiró su licencia médica.
En un operativo policial realizado entonces en una de sus clínicas clandestinas en la ciudad, la policía se incautó de documentos, dos pistolas y una escopeta, todas ellas sin registro.
Furtado llegó a ser arrestado en ese momento, pero fue liberado tras pagar una fianza.
Se estima que Furtado cobraba entre US$2.500 y US$5.200 por cada procedimiento a los que sometía a sus pacientes.