Evonne decidió cambiar de empleo antes de que la despidieran y tuviera que darle explicaciones a su familia.
Esta profesora estadounidense, residente en Texas, dejó su trabajo en el aula, en contacto con los estudiantes, a cambio de un empleo de oficina que no le satisface y para el que no se formó.
La razón de este cambio: su orientación sexual.
“Estoy muy metida en el clóset”, le cuenta Evonne a BBC Mundo, “pero aun así no quería correr el riesgo de que alguien se enterara y que el rumor llegara a oídos de mis jefes“.
“Hay muchos prejuicios en el mundo educativo y más en un estado como Texas”, añade.
En efecto, Texas es uno de los estados de EE.UU. en los que te pueden despedir del trabajo o donde los caseros pueden expulsarte de casa por tu orientación sexual o identidad de género.
No es el único.
En la actualidad, en Estados Unidos no hay una ley federal que ampare explícitamente a la comunidad LGTBI (lesbianas, gays, transgénero, bisexuales e intersexuales) ante situaciones de discriminación laboral o de vivienda.
Lo más aproximado es la ley de Derechos Civiles de 1964, una legislación trascendental en la historia del país que continúa siendo el marco de referencia en cuanto a derechos civiles y laborales y que en su Título VII prohíbe la discriminación por “raza, color, religión, sexo y origen nacional”.
A falta de una ley federal, los estados tienen la competencia de emitir y aplicar sus propias leyes.
Menos de la mitad de los 50 estados más el Distrito de Columbia que conforman EE.UU. tienen legislación que explícitamente prohíba la discriminación por orientación sexual e identidad de género en el empleo y la vivienda.
Es decir, 28 estados carecen de leyes estatales que impidan que una persona LGTBI sea despedida del trabajo o expulsada de casa por los dueños.
De ellos, 19 estados tienen algún tipo de legislación antidiscriminación en ámbitos diferentes al laboral o de vivienda.
Los otros nueve no contemplan ningún tipo de protección: no tienen leyes contra los crímenes de odio hacia las personas LGTBI ni contra el acoso o discriminación en la escuela, tampoco prohíben las terapias de conversión ni permiten el cambio de sexo en documentos oficiales como la licencia de conducir o el certificado de nacimiento.
Según se observa en el mapa, los estados que no prohíben la discriminación contra las personas LGTBI bajo ninguna circunstancia son: Alabama (AL), Carolina del Sur (SC), Dakota del Sur (SD), Georgia (GA), Michigan (MI), Misisipi (MS), Montana (MT), Oklahoma (OK) y Wyoming (WY).
En los otros estados, que tampoco penalizan la discriminación laboral o de vivienda, hay algunas salvaguardas:
Existen algunas excepciones dentro de los propios estados. En Idaho, por ejemplo, 11 ciudades tienen sus propias regulaciones locales para proteger los derechos de las minorías sexuales y en Texas hay seis ciudades en una situación similar.
Algunos estados como Carolina del Norte ofrecen protección laboral a empleados públicos LGBTI, pero no a los del sector privado.
“A la mayoría de la gente le sorprende que en más de la mitad de los estados del país no haya protecciones totales para el colectivo LGTBI”, señala Janson Wu, director ejecutivo de la organización GLAD.
Para Wu y demás activistas, la orientación sexual y la identidad de género están comprendidas en el concepto general de sexo y por ello consideran que la ley de 1964 debe servir como protección federal contra la discriminación.
Sin embargo, esa no es una interpretación legal aceptada por todos los jueces y tribunales del país.
En conversación con BBC Mundo, Wu explica que la Corte Suprema de EE.UU. se pronunciará sobre el tema en octubre, cuando emitirá fallos sobre tres casos que pueden cambiar el panorama hacia uno u otro lado.
Se trata de las demandas de dos empleados que fueron despedidos de sus trabajos por ser homosexuales y una mujer transgénero que fue despedida después de cambiar de sexo.
Para Wu no es posible separar la orientación sexual y la identidad de género del sexo.
“El gobierno federal prohibió la discriminación por sexo [en 1964]. En las últimas décadas cada vez más tribunales interpretan que eso incluye a las personas LGTBI”, indica.
“Si eres un empleado gay y te despiden por esa razón es porque te relacionas con alguien de tu propio sexo. Y la cuestión transgénero está vinculada directamente con el sexo.
“Para nosotros es una lectura muy clara de la ley y esperamos que la Corte esté de acuerdo con eso”, apunta el director de GLAD.
La Cámara de Representantes de EE.UU. aprobó una ley de Igualdad que añade los conceptos de orientación sexual e identidad de género al Título VII de la ley de Derechos Civiles, pero el líder de la mayoría en el Senado, el republicano Mitch McConnell, no ha iniciado todavía la discusión en esa cámara.
“Hay un esfuerzo concertado entre los grupos conservadores cristianos del país de socavar las pocas protecciones que tenemos”, denuncia Wu.
“En EE.UU. tenemos fuertes protecciones para organizaciones religiosas e iglesias, como debe ser, por la promesa constitucional que defiende la libertad religiosa, y eso es bueno.”, subraya
“Pero cuando hablamos de individuos y negocios privados, no iglesias ni organizaciones religiosas, todo el mundo debería seguir las mismas reglas”.