Aumenta el temor de una guerra comercial ante el sorpresivo anuncio del presidente estadounidense Donald Trump de imponer aranceles del 25% a una serie de productos de origen chino, acusando al país de robo de propiedad intelectual.
Después de las amenazas y las negociaciones, llegaron los aranceles.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció la imposición de aranceles del 25% a una lista de productos chinos por valor de US$50.000 millones, acusando a Pekín de robo de propiedad intelectual.
El anuncio se produjo con una advertencia.
La Casa Blanca informó este viernes que impondrá más aranceles si China responde imponiendo restricciones comerciales.
Los aranceles afectan a 1.102 categorías de productos y se harán afectivos a partir del 6 de julio.
Incluyen un amplio rango de bienes que va desde neumáticos de aviones, a turbinas y hasta lavadoras.
Según los analistas, los aranceles se focalizan en sectores mayoritariamente industriales que se relacionan con el plan”Made in China 2025″, con el que Pekín quiere desarrollar la producción de alta tecnología en el área aeroespacial, automotriz, de tecnología de información y robótica.
Con este plan China quiere convertirse en la mayor potencia tecnológica del mundo.
Los productos fabricados en China comprados comúnmente por los consumidores estadounidenses, como celulares y televisores, no serán gravadosn por los nuevos aranceles.
Washington quiere que Pekín detenga prácticas que supuestamente incentivan transferencia tecnológica hacia las empresas chinas.
“Estados Unidos no puede tolerar la pérdida de nuestra tecnología y propiedad intelectual a través de injustas prácticas económicas”, dijo Trump.
“Ha desatado una guerra comercial”
China anunció que responderá imponiendo sus propios aranceles a productos estadounidenses, en un comunicado emitido por el Ministerio de Comercio, en el que no se específico qué tipo de bienes serán gravados.
Analistas dicen que es probable que la lista incluya productos agrícolas y manufacturados.
“Vamos a introducir medidas arancelarias de la misma escala y con la misma intensidad”, señaló el comunicado.
“Todos los logros económicos y comerciales que se habían negociado previamente entre ambas partes no tendrán validez”.
El Ministerio de Exteriores chino fue aún mucho más tajante, acusando a Washington de haber dañado intereses bilaterales y de socavar el sistema de comercio internacional.
“Estados Unidos ha mostrado cambios repentinos y ha desatado una guerra comercial“, dijo en un comunicado.
“China no quiere una guerra comercial. Sin embargo, al ser confrontados con este acto miope que daña a EE.UU. y a otros, China se ha quedado sin otra opción que combatir enérgicamente, para defender los intereses de la nación y su gente”, agrega.