El presidente de Estados Unidos lanzó la advertencia en Twitter: "¡Esta es una invasión de nuestro país y nuestros militares los están esperando!".
El mensaje era para las caravanas de migrantes que caminan desde Centroamérica, muchos de ellos ya en territorio de México, hacia la frontera con Estados Unidos.
Unas horas después del mensaje de Trump, el Pentágono anunció que 5.200 efectivos del ejército de EE.UU. llegarán esta semana a bases de la frontera para el “endurecimiento” de la seguridad de la zona.
Se trata de la mayor movilización de tropas en activo -entrenadas para la guerra- que se haya realizado en territorio de Estados Unidos en décadas, según medios locales.
Junto con las tropas, el Pentágono prevé desplegar helicópteros militares, vallas de hormigón y alambre de púas que apoyarán a los agentes migratorios de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés).
¿Pero qué tanto podrán hacer los militares en la frontera, muchos de ellos con sus respectivas armas de cargo?
Funcionarios de EE.UU. han delineado el plan que tienen para las fuerzas militares.
El jefe del Comando Norte del ejército de EE.UU., Terrence J. O’Shaughnessy, explicó el lunes que los 5.200 militares llegarán a la frontera con México para el final de esta semana.
Se sumarán a 2.092 miembros del a Guardia Nacional que ya están desplegados y otros 1.000 agentes de CBP que están preparados para participar en el plan.
El objetivo principal es el “endurecimiento y aseguramiento” de la frontera en el estado de Texas, pero también en Arizona y California, indicó O’Shaughnessy.
Estados Unidos y México comparten una frontera de 3.200 km y casi la mitad corresponde al territorio de Texas, estado por el que muchos de los migrantes indocumentados han cruzado durante décadas.
O’Shaughnessy detalló que en la Operación Patriota Fiel participan tres batallones del Cuerpo de Ingenieros del Ejército, así como efectivos especializados en aviación, tratamiento médico y logística.
También habrá helicópteros Blackhawk con visión nocturna y sensores de movimiento con capacidades similares a los usados en zonas de guerra, así como aviones de carga C-130 y C-17.
El jefe del Comando Norte dijo que trabajarán junto a agentes migratorios para “impedir o bloquear cruces ilegales, mantener la logística de la situación y aplicar la ley apropiadoramente”.
Además, el Pentágono también hará uso de la policía militar.
La secretaria del Departamento de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen, aseguró la semana pasada que la participación de las fuerzas armadas tiene el propósito de dar “apoyo” a las agencias migratorias, lo que sí está permitido por la ley.
“Les daremos apoyo aéreo, logística, planeación, barreras de vehículos, ingeniería”, dijo en una entrevista con la cadena Fox News.
El comisionado del CBP, Kevin McAleenan, dijo el lunes ante la prensa que tal despliegue de tropas se debe a la posible llegada masiva de migrantes a los puestos fronterizos de EE.UU.
“Lo nuevo y desafiante de este fenómeno de la caravana es la formación de múltiples grupos masivos que presentan amenazas únicas a la seguridad y la seguridad de la frontera”, dijo McAleenan.
Una de las primeras acciones de los ingenieros militares será la de identificar rutas e instalar vallas para prevenir la entrada masiva de migrantes, según funcionarios citados por el diario The Washington Post.
Esas labores de logística y apoyo a agencias civiles están permitidas.
Cuestionado por la prensa el lunes, el general O’Shaughnessy dijo que los militares de tropas que tienen asignadas armas “se están desplegando con armas”.
Pero la Ley Posse Comitatus (de 1978) prohíbe que los militares realicen acciones que corresponden a las fuerzas del orden civiles, como la detención o procesamiento de migrantes.
Los militares no podrían entonces participar activamente en la detención de migrantes ni hacer uso de sus armas.
Cuestionada en Fox News al respecto, la secretaria Nilsen dijo: “No tenemos ninguna intención en este momento de dispararle a la gente. Sin embargo, ellos serán arrestados”.
“Pero también me tomo extraordinariamente en serio la seguridad personal de mis oficiales y mis agentes. Por supuesto, tienen la capacidad de defenderse“, advirtió.
Tanto la ley de EE.UU. como el derecho internacional protege a los migrantes que deseen solicitar asilo al entrar en territorio estadounidense y ponerse bajo custodia de las autoridades de ese país.
Pero el comisionado Kevin McAleenan hizo notar que las solicitudes de asilo no son prioridad para el gobierno de EE.UU.
“Para aquellos que buscan hacer una solicitud de asilo de manera segura y legal en un puerto de entrada, el gobierno de México ya le ha ofrecido protección y autorización de empleo”, dijo McAleenan al pronunciar un mensaje directo para la caravana de migrantes.
La Ley Posse Comitatus, por tanto, haría que la advertencia del presidente Donald Trump de que los migrantes serán recibidos por el ejército de su país sea una frase más retórica que práctica en los hechos.
Además, la posible llegada de migrantes en grandes grupos es un escenario que parece lejano, pues en el pasado, caravanas como la actual se han demorado varias semanas en llegar hasta la frontera.
Y un desgaste debido al largo viaje de entre 2.500 y 3.000 kilómetros hace que el grupo llegue muy disminuido.
“Estos migrantes necesitan agua, pañales y suplementos básicos, no una división del ejército”, señaló en un comunicado Shaw Drake, asesor de políticas del Centro de Derechos Fronterizos de la Unión por las Libertades Civiles de EE.UU. en El Paso.
“Enviar fuerzas militares activas a nuestra frontera sur no solo es un gran desperdicio de dinero de los contribuyentes, sino un curso de acción innecesario que aterrorizará y militarizará aún más a nuestras comunidades fronterizas”, advirtió.