Redacción / BBC News Mundo
El noroeste de Florida está recibiendo el embate del huracán Michael.
El poderoso ciclón, de categoría 4 en la escala Saffir-Simpson (de un máximo de 5) y con vientos máximos sostenidos de 230 km/h, está a punto de tocar tierra en la región como la peor tormenta en llegar allí en más de un siglo.
“A lo largo de nuestra costa, las comunidades van a ver una devastación inimaginable”, pronosticó el gobernador del estado Rick Scott, quien aseguró a los residentes que ya era muy tarde para evacuar.
De acuerdo con las autoridades, más de 370.000 personas en Florida recibieron órdenes de evacuación, aunque estiman que el número que salió de sus hogares fue mucho menor.
Las autoridades de Alabama también declararon el estado de emergencia, mientras las fuertes lluvias, vientos y marejadas comienzan a afectar la zona sur de ese estado y el llamado Panhandale (o mango) la extensión noroeste de la península de Florida.
En su último boletín, el Centro Nacional de Huracanes (NHC) de Estados Unidos, con sede en Miami, alertó que Michael era un huracán “extremadamente peligroso” y pronosticó marejadas ciclónicas con riesgo para la vida, vientos huracanados y fuertes lluvias a lo largo de la costa noreste del golfo de México.
Este huracán es la segunda tormenta de categoría 4 que llega a Florida en 13 meses, después del huracán Irma el año pasado.
Sin embargo, de acuerdo con las autoridades, su rápido paso de tormenta tropical a huracán de gran intensidad en menos de dos días dejó poco tiempo al estado para prepararse.
“Desafortunadamente, este es un huracán de la peor clase, es un monstruo”, aseguró Brock Long, director de la Agencia Federal de Manejo de Emergencias.
El NHC, con sede en Miami, pronosticó que la tormenta podría causar “daños catastróficos por el viento” cuando el centro se acerque a tierra y un aumento del nivel del mar de hasta cinco metros.
“Se verán los techos de las casas volando. Se verán las casas colapsando”, alertó Ken Graham, director de esa institución.
Aunque desde 1992 Florida fortaleció sus códigos de construcción tras el huracán Andrew, muchas de las casas en el Panhandale de Florida no están preparadas para soportar la intensidad de un huracán como Michael.
Esa región, además, está cubierta mayormente de pinos y con los vientos superiores a los 200 km/h las autoridades temen que los troncos de estos árboles puedan convertirse en “auténticos proyectiles”.
Los peligros de Michael, de acuerdo con las autoridades, no se limitan a esa zona de Florida.
El NHC también pronosticó fuertes lluvias para las Carolinas, que fueron azotadas por el huracán Florence el mes pasado.
En Alabama los expertos advirtieron sobre la posibilidad de tornados, mientras el Servicio Nacional de Meteorología indicó que más de 500 kilómetros de costa están actualmente bajo amenaza.
El sur de Georgia será la siguiente zona en la trayectoria del huracán y las autoridades allí temen la posibilidad de inundaciones repentinas.
“Debido a su movimiento de avance, veremos que el huracán permanece intacto en el suroeste y centro de Georgia”, alertó Long.
“Y luego veremos la lluvia a través de Carolina del Sur, descargando de 10 a 15 centímetros de lluvia en ríos que ya están saturados y que en realidad no han retrocedido mucho desde Florence hace unas semanas”, agregó.
Antes de desplazarse por el golfo de México hacia Estados Unidos, Michael dejó más de una decena de muertos en Honduras, Nicaragua y El Salvador.
El occidente de Cuba también se vio afectado por fuertes vientos y lluvias, y varias comunidades continúan sin electricidad.
Varias plataformas petroleras en el Golfo de México fueron cerradas, lo que conllevó a que se redujera la producción diaria de petróleo en esa zona, según la Oficina de Seguridad y Control Ambiental de Estados Unidos.