Karen Uhlenbeck ha llevado una vida moldeada en base a sus imperfecciones para mostrarse a sí misma que el éxito no es exclusividad de unos pocos.
Durante años ha tenido que luchar contra la discriminación y la igualdad de género en el campo de la ciencia, logrando gracias a su prodigiosa mente y fascinantes teorías convertirse este martes en la primera mujer en recibir el Premio Abel, considerado el Nobel de las matemáticas.
La científica estadounidense de 76 años fue elegida por la Academia de las Ciencias y Letra de Noruega gracias a su trabajo sobre “superficies mínimas” como lo son las pompas de jabón.
“Ha cambiado dramáticamente el panorama en matemáticas”, justificó la decisión el presidente del Comité del Premio Abel, Hans Munthe-Kaas.
“Sus teorías han revolucionado nuestro entendimiento en las superficies mínimas, como por ejemplo mayores problemas de minimización en dimensiones más altas”.
Un caso que se da en la pompas de jabón, que desde el punto de vista matemático posee un particular interés dado que es capaz transformar la capa más exterior del jabón en la forma de la menor superficie: una esfera perfecta.
Representar y manipular las burbujas matemáticamente permite a los investigadores establecer el comportamiento de fenómenos físicos, como los campos de electricidad.
Las revelaciones matemáticas de Uhlenbeck le ha dado a teóricos de la física las herramientas para tratar de descifrar algunos de los más grandes misterios que enfrentan, como es el comportamiento de las partículas subatómicas y la unificación entre las fuerzas electromagnéticas y nuclear.
Asimismo su figura ha servido de inspiración a muchas mujeres, como lo reconoce el profesor Jim al Khalili, físico de la Universidad de Surrey.
“Matemáticos jóvenes no solo conocen su trabajo, también conocen cuán duro ha trabajado para promover las matemáticas y animar a jóvenes mujeres para que se abran paso en el campo de la ciencia”, le dijo a la BBC.
De pequeña ella había querido ser científica, pero tomó el camino de las matemáticas cuando comenzó su carrera en la universidad de Michigan.
Uhlenberck también recibió los US$700.000 del premio, que desde que fue creado, en 2002, solo había sido ganado por hombres.