Investigaciones geológicas observan la posibilidad de encontrar una gran reserva de diamantes bajo la superficie del planeta Tierra.
Hoy los diamantes son símbolo de riqueza y elegancia, pero en un futuro puede que sean solo una piedra común y corriente que cualquiera pueda tener.
Ese es el escenario que uno podría imaginarse a partir de un reciente estudio del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), que dice que a 160 kilómetros bajo la superficie de la Tierra se acumulan 10.000 billones de toneladas de diamantes: es decir, una unidad seguida de 16 ceros (10.000.000.000.000.000).
“Esto nos muestra que los diamantes quizás no sean un mineral exótico, si no, en un escala geológica, relativamente común“, dice Ulrich Faul, uno de los autores del estudio, en un comunicado de MIT.
Según los investigadores, este tesoro subterráneo está disperso entre gigantescas formaciones rocosas llamadas cratones.
Estos cratones son una especie de montañas invertidas que se encuentran al interior de la mayoría de las placas tectónicas continentales, y que pueden extenderse hasta más de 300 kilómetros desde la corteza terrestre hasta el manto.
“En cada cratón se estima que hay unas 1.000 billones de toneladas de diamantes”, le dice a BBC Mundo Ulrich Faul.
“En la Tierra hay diez provincias geológicas reconocidas como cratones, así que la cantidad total de diamantes acumulados en los cratones de la Tierra es de 10.000 billones de toneladas”.
Los investigadores en realidad aún no han visto los diamantes, pero sí los “escucharon”.
Las ondas sonoras que se producen durante un sismo o la erupción de un volcán viajan a distintas velocidades, según la composición y la temperatura de las rocas que atraviesan.
Así, al escuchar estas ondas sonoras, los geólogos pueden deducir qué tipo de material han atravesado.
Utilizando ese método, los investigadores se dieron cuenta de que cuando las ondas sonoras atravesaban los cratones viajaban mucho más rápido de lo que ellos esperaban.
Con esa información crearon varias rocas en el laboratorio, formadas por la combinación de distintos minerales y observaron en cuál de ellas la velocidad de la onda coincidía con las ondas que habían detectado.
El resultado fue que una roca que contiene entre 1% y 2% de diamante es la única que produce la misma velocidad de onda que los sismólogos habían registrado.
Según la cantidad y el tamaño de cratones, los científicos calcularon que si cada uno de ellos tiene entre un 1% y un 2% de diamantes, eso representa la presencia de “al menos 1.000 veces más diamantes de lo que antes se esperaba”.
Por ahora resulta imposible excavar los diamantes, pues los cratones que los contienen están a al menos 160 kilómetros de profundidad.
Para hacerse una idea de lo que eso supone, la mina más profunda del mundo,Mponeng en Sudáfrica, tiene “solo” 4 kilómetros de profundidad.
Pese a ello, el hallazgo resulta útil para comprender mejor cómo está compuesto el interior de la Tierra.
“Los cratones contienen las rocas y minerales más antiguos de la Tierra”, dice Faul. “Así que pueden contener información de cómo ha evolucionado el planeta y la vida en él”.
“No podemos llegar a ellos”, dice Faul, “pero aun así hay muchos más diamantes de lo que jamás habíamos pensado”.