Freddy Krueger es un loro poco común y por eso su historia se hizo viral en Brasil.
El ave logró regresar solo al zoológico donde vive en Cascavel, en el sur de Brasil, tres días después de que se lo llevaran ladrones armados el 16 de abril.
Fue encontrado cerca de la jaula que había ocupado los últimos cuatro años.
Además, en el momento de su “secuestro”, el ave se estaba recuperando en una unidad de tratamiento de lo que los veterinarios del zoológico creían que había sido una mordedura de serpiente: casi se había desangrado.
Pero esas no son todas las tribulaciones que el pájaro ha enfrentado.
Antes de ser trasladado al zoológico, vivía en una guarida de narcotraficantes que lo tenían como mascota.
Durante una operación policial en 2015 recibió un disparo en la cara que le arrancó una parte de su pico y lo dejó ciego del ojo derecho.
Como consecuencia de la desfiguración que sufrió, fue llamado Freddy Krueger (por el infame personaje de la película “Pesadilla en Elm Street”).
Con todo eso, como era de esperarse, el loro no fuera el más amigable cuando los ladrones se lo llevaron del zoológico en abril.
La policía cree que los captores liberaron a Freddy al notar sus deformidades.
“Podría haber sido más difícil venderlo y el loro también podría haber sido reconocido, ya que Freddy es bastante fácil de identificar”, dijo Ilair Dettoni, director del zoológico, a la BBC.
El tráfico de animales es una de las formas más rentables de contrabando en Brasil.
Los expertos de Renctas, una ONG especializada en tráfico de animales, estiman que el comercio ilegal mueve cerca de US$3.000 millones al año en el país.
“Todavía no sé si Freddy es afortunado o desafortunado”, agrega Dettoni.
El director del zoológico cree que Freddy no se dejó robar sin antes dar pelea a los ladrones, ya que encontraron rastro de sangre humana cerca de la unidad de tratamiento donde se recuperaba.
“Es un ave loca y nadie se mete con él, como los ladrones pudieron darse cuenta”, dijo el director del zoológico.
De hecho, Freddy mostró un comportamiento violento hacia otras aves desde su llegada al zoológico y tuvo que vivir en una jaula separada desde el primer día.
“No es broma: casi mata a otro loro una vez”, asegura Dettoni.
El secuestro de Freddy no es el primer incidente relacionado con animales en la ciudad de Cascavel.
Caimanes y otros loros también han sido robados del zoológico, que no tiene presupuesto para implementar medidas de seguridad eficaces.
No hay cámaras de circuito cerrado de televisión, y solo hay tres oficiales de policía para vigilar a los 340 animales alojados en 18.000 metros cuadrados de terreno.
Dos de ellos estaban enfermos la noche en que se llevaron a Freddy, otro loro y un balón de gas para cocinar.
La otra ave aún no aparece, lamentó el director del zoológico.
“Tal vez la situación de Freddy haga que la gente se interese más en el zoológico. Sin duda podríamos recibir más visitantes”, dijo.