La llamada "aldea de los niños" fue alabada por su diseño e impacto social.
En un enclave remoto de Brasil, en medio de una selva tropical, se encuentra el “mejor edificio nuevo del mundo”.
Así lo consideraron los jueces del Real Instituto Británico de Arquitectos (RIBA, por sus siglas en inglés) esta semana, al otorgar al complejo su prestigioso premio internacional.
Se trata de una escuela internado para niños con discapacidades, denominada la “aldea de los niños”, que acoge a 540 menores de distintas partes del país en el estado de Tocantins, en el centro-este.
El premio internacional RIBA se concede cada dos años a un edificio que presente “un diseño de excelencia y ambición” arquitectónica, y que tenga un impacto social, explica la organización.
Los alumnos, entre los 13 y 18 años, proceden de zonas aisladas y algunos de ellos deben viajar varias horas en barco para llegar hasta este centro, según explica en su página web RIBA.
El complejo, diseñado por arquitectos de Aleph Zero y Rosenbaum, está construido en su mayoría con madera e incluye dormitorios, salas de juego y tres patios ajardinados.
La combinación entre escuela y vivienda tiene el objetivo de facilitar el acceso a la educación, ya que en la región “las distancias que los estudiantes tienen que recorrer entre la casa y la escuela son bastante extensas”, explica el arquitecto Gustavo Utrabo, de la oficina Aleph Zero, uno de los responsables del proyecto.
“El objetivo principal era mejorar la calidad de vida de los niños y, como consecuencia, perfeccionar su desempeño educativo; es un esfuerzo muy grande para los niños y para los padres estar separados, así que es un esfuerzo que tiene que valer la pena”, dice Utrabo, en declaraciones a BBC Brasil.
El complejo fue construido con materiales y técnicas del mismo lugar y cubre un área de casi 25.000 metros cuadrados.
La escuela fue financiada por la Fundación Bradesco. Es uno de los cuarenta centros que gestiona y que provee educación a niños de comunidades rurales de todo Brasil.
El coste de la misma no fue publicado, pero los promotores del proyecto detallaron en declaraciones a BBC Brasil que el proyecto fue “muy simple”.
“Cobertura metálica, madera prefabricada, piso de cemento y ladrillo fabricado a nivel local, lo que ha hecho que la ejecución de la obra sea más barata y rápida: la construcción tardó solo 14 meses”, explicó Utrabo.