El endeudamiento de los consumidores estadounidenses llegó a un nuevo récord: 4 billones de dólares, el mayor nivel en la historia del país.
Un adulto promedio tiene más de US$4.000 en deuda solo en tarjetas de crédito, algo que ha complicado la vida de las familias más vulnerables, que no tienen cómo enfrentar sus compromisos financieros.
“Esto ha sido como el valle de la muerte”, dice Dean Ledbetter, un militar veterano que asegura que las deudas le arruinaron su salud y lo dejaron en la bancarrota.
Comenzó usando tarjetas de crédito y cuando vio que no podía pagarlas, pidió más créditos a prestamistas (con gigantescas tasas de interés) y dinero a sus amigos.
“Fui a la Guerra del Golfo Pérsico. Me rompí la espalda y quedé con ceguera parcial”, cuenta Ledbetter.
A su regreso estuvo viviendo de una pensión, y después del fin de su matrimonio, terminó viviendo en un auto en la calle y con poca comida.
Fue así como poco a poco quedó atrapado financieramente. “Tuve que endeudarme para sobrevivir”.
Llegó a deber más de US$100.000, una suma impagable para un jubilado que vive de una pensión básica.
“Es como estar en un naufragio. Tenía que decidir si hundirme o nadar, porque los intereses seguían escalando”.
“Es una humillación. Soy un hombre de honor y no poder cumplir son mis obligaciones afectó mi salud”.
Ledbetter no es el único que está abogando porque se pongan límites a los intereses que cobran las entidades financieras.
En EE.UU. 32 estados permiten cualquier forma de préstamo fuera de la banca tradicional, que suele ser la forma más cara de endeudarse.
Es así como la gente termina atrapada en tres grandes deudas que van asfixiando poco a poco a los deudores: créditos de consumo, crédito automotriz y crédito estudiantil.
Mary Jackson, directora ejecutiva de la asociación de prestamistas Online Lenders Alliance, defiende los términos en los que operan los créditos entregados a personas con alto riesgo de impago.
“La tasa de incumplimiento es de alrededor del 25%. Eso aumenta los costos de la industria porque la gente no está en condiciones de cumplir con sus obligaciones”.
¿Pero cómo se justifican estos intereses estratosféricos?
“Préstamos por dos semanas tienen un interés de 15%. Es una idea equivocada que pagas 300% de interés, porque no se piden créditos a un año”, dice Jackson.
Pero hay casos de empresas que cobran hasta 80% de interés en dos semanas sobre créditos anteriores contraídos por un mismo cliente, según constató la BBC.
Entonces el deudor termina pagando intereses sobre intereses.
“En algunos casos eso puede ser verdad, dice Jackson, pero la mayoría de los estados han adoptado ciertas prácticas para evitar que los clientes obtengan un préstamo para cubrir otro préstamo”.
A nivel nacional, si muchas personas no pueden amortizar sus deudas, las cosas se pueden complicar, como ocurrió en la Gran Crisis financiera de 2008, cuando muchas familias no fueron capaces de pagar sus hipotecas.
Muchos economistas argumentan que la deuda de los consumidores no es una amenaza inminente para la economía del país. Menos aún cuando las tasas de interés están en niveles históricamente bajos.
Pero algunos expertos, como el profesor de la Universidad de Harvard, Kenneth Rogoff, reconocen que una “estanflación” crónica (estancamiento económico, más inflación) dificulta la situación de las personas con bajos ingresos.
“Creo que hay zonas del país, especialmente fuera de las zonas urbanas, donde hay menos trabajo y el valor de las viviendas ha caído. Son zonas más deprimidas donde la deuda de los consumidores es un problema”.
“La movilidad es menor que la que había hace 30 o 40 años”.
La crisis de la deuda estudiantil
¿En qué sectores están creciendo más rápido las deudas de los consumidores?
“Créditos de consumo, préstamos automotrices y más dramáticamente, las deudas educacionales”, apunta Rogoff.
“La deuda estudiantil afecta a personas que aún están buscando trabajo“.
El economista explica que hace unos 15 años se modificaron las leyes dejando a los estudiantes en una situación “injusta”.
Con 24 años, Melissa Haggerty dice que a pesar de tener un trabajo de clase media bien remunerado, no ha podido pagar su deuda estudiantil, que tiene un 11% de interés anual.
“Es difícil pensar en el futuro cuando tienes esa deuda tan devastadora”.
“No sé si alguna vez podré pagar ese crédito. Es muy difícil mirar más allá de este mes. Tengo un salario respetable, pero los bancos me piden que les pague más de lo que gano”.
Martha Wunderli representa a una organización sin fines de lucro AAA Fair Credit Foundation, que intenta ayudar a los deudores en Utah.
“El costo de la vivienda representa la mitad o más de la mitad del salario promedio de una persona y los sueldos no siguen la misma tendencia de la economía”.
“Aunque el desempleo es bajo, la gente no gana lo suficiente para cubrir sus gastos”.
Wunderli explica que cuando la gente entra en el círculo de los prestamistas, no salen de ahí.
“Hay tasas de interés que pueden llegar hasta 1.000%”.
*Este artículo es una adaptación de un episodio del programa de radio de la BBC Business Daily, conducido por Ed Butler.