"Se puede hacer un negocio, pero hay que saber que te vas a sentir solo, que te vas a sentir discriminado y que te van a dar ganas de tirar la toalla", dice María Ureña, empresaria latina en Estados Unidos.
Ella es dueña y directora ejecutiva del taller de reparación automotriz King Automotive Services, una empresa familiar de Moreno Valley, California, que lleva dos décadas en el negocio.
Con tres hijos y un esposo que quedó discapacitado tras un accidente, Ureña y su familia han sacado adelante la empresa, a pesar de las dificultades para financiarla.
“Comenzamos arrendándole un espacio a un familiar y poco a poco fuimos creciendo“, le dice a BBC Mundo esta estadounidense de origen mexicano.
Aunque no sabía nada de reparación de autos -dado que es enfermera con dos maestrías en salud-, Ureña tenía las ganas de aprender a crear un negocio que le diera empleo a su familia.
Y pese a que siguió trabajando como enfermera, en paralelo se puso la misión de hacer que el emprendimiento despegara.
“A veces me decían, cómo siendo mujer puedes manejar un taller mecánico”, algo que no dejaba de sorprenderla, dado que no veía por qué el género podría ser un impedimento.
Sin embargo, lo más complicado fue -y sigue siendo- el financiamiento.
“Los bancos te atan las manos financieramente si eres latino, es más difícil que te presten dinero para un negocio”, cuenta. “Pero se puede lograr”.
La discriminación se manifiesta de maneras sutiles, como por ejemplo, pidiéndole más documentación a la comunidad latina y afroamericana que al resto de los emprendedores.
Los bancos, explica, ponen mayores exigencias.
“Me habían pre-aprobado un préstamo, pero al final me lo negaron. En ese momento me sentí discriminada. Te desmoralizan“.
Y, a pesar de sus esfuerzos, llegó un momento en que el taller mecánico pasó por una situación desafiante.
“Hay momentos difíciles, como cuando tienes que decidir si le pagas a los empleados o te pagas tú”, dice explicando que por ese motivo tuvo que seguir trabajando como enfermera, para poder generar ingresos adicionales.
A sus 49 años, la experiencia le ha enseñado a persistir. King Automotive Servicestiene actualmente seis empleados y genera ingresos cercanos a los US$600.000 anuales.
“Tenemos ingresos, pero al mismo tiempo tenemos muchos gastos”, apunta.
Con todo, el taller mecánico sigue en pie, lo mismo su trabajo de enfermera y su participación en organizaciones sociales que buscan apoyar la creación de pequeños negocios dentro de la comunidad latina.
Según el estudio “Estado del Emprendimiento Latino” publicado por la Escuela de Postgrado de Negocios de la Universidad de Stanford, el 28% de los latinos dueños de empresas reciben un financiamiento completo a sus proyectos, mientras que el 48% de los “emprendedores blancos” consigue su objetivo.
La investigación, que incluyó encuestas a 5.000 dueños de empresas, llegó a la conclusión de que existen prejuicios que afectan a la población latina en el sector comercial.
“Mientras los latinos crean más negocios que cualquier otro grupo, sus empresas son habitualmente pequeñas y se quedan pequeñas”, representando cerca del 12% de todas las firmas estadounidenses, afirma el estudio.
“Si el número de negocios con dueños latinos creciera hasta alcanzar la misma proporción que su contraparte no latina, agregaría más de cinco millones de empleos nuevos y US$1,5 billones a la economía del país”, agrega la investigación.
Por lo pronto, Ureña se ha puesto un nuevo desafío: “Abrir una escuela técnica para ayudar a los muchachos y muchachas que quieran aprender mecánica”, dice.
“Para eso tenemos que comprar un edificio y aunque hasta ahora no lo hemos conseguido, seguimos intentando“.