Naeem Rashid, de 50 años, y su hijo Talha de 21 años murueron en el ataque a las mezquitas en Nueva Zelanda.
Mezcla de dolor y orgullo.
El hermano de un hombre pakistaní que murió durante los ataques a la mezquita del viernes en Christchurch, Nueva Zelanda, dijo este sábado a la BBC que no puede describir el dolor que siente por su muerte pero que a la vez tiene un gran orgullo por él.
Khursheed Alam dijo que estaba orgulloso de que su hermano, Naeem Rashid, quien fue asesinado junto a su hijo, al tratar de frenar al pistolero mientras llevaba a cabo el ataque en el que murieron 50 personas en dos mezquitas el viernes.
“Me gustaría poder morir como él”, dijo.
Naeem Rashid fue víctima del australiano Brenton Tarrant, de 28 años, un autodenominado supremacista blanco, que transmitió en vivo el ataque en Facebook.
Tarrant fue acusado de asesinato. El sábado, apareció en la corte con una camisa blanca de prisión y esposas, sonriendo a las cámaras. Se espera que se formulen más cargos contra él.
La primera ministra Jacinda Ardern dijo que Tarrant tenía una licencia y cinco armas de armas de fuego. “Nuestras leyes de armas cambiarán”, agregó.
El hombre permanece en prisión preventiva y debe declarar nuevamente ante el tribunal el 5 de abril.
El juez del caso dictaminó que la cara del sospechoso debe ser pixelada en fotografías y filmaciones para preservar sus derechos de juicio justo.
Otras dos personas están bajo custodia. Ninguno de los detenidos tenía antecedentes penales.
La policía de Nueva Zelanda informó en una conferencia el sábado que el número de muertos como resultado del ataque aumentó a 50 y que otras tantas personas resultaron heridas, dos de las cuales se encuentran en estado crítico.
Naeem Rashid, de 50 años, y su hijo Talha de 21 años vivían en Nueva Zelanda desde 2010.
Rashid fue calificado como un héroe en las redes sociales después de haber sido visto en un video de los atentados, aparentemente tratando de frenar al atacante en la mezquita de Al Noor antes de recibir un disparo.
Su hermano, que vive en la ciudad de Abbottabad, en el norte de Pakistán, le dijo a la BBC que estaba orgulloso de sus acciones.
“Era una persona valiente”, dijo Alam. “Hubo algunos testigos que dijeron que salvó algunas vidas al tratar de detener a esa persona”.
Agregó que a pesar de que algunas personas consideran a su hermano como un héroe, lo que pasó es “un shock”.
Él “es nuestro orgullo, pero aún así, la pérdida es como que te corten una extremidad”.
Alam dijo que estaba enojado.
“Los terroristas no tienen una religión”, dijo. A esta gente “loca” hay que detenerla, añadió.
En la otra mezquita atacada, en Linwood, ocurrió una intervención similar.
Abdul Aziz dice que corrió hacia el atacante fuera de la mezquita, lanzándole una máquina de tarjetas de crédito.
Luego siguió una persecución en la que el atacante dejó caer una de sus armas y fue a buscar más a su automóvil, cuando Aziz lanzó el arma hacia él, rompiendo la ventana del auto.
En ese momento, el atacante huyó aunque fue arrestado momentos después.
Las autoridades en Nueva Zelanda ahora llevan a cabo la difícil tarea de identificar a los que murieron.
Muchas familias que aún no se contactaron con sus seres queridos sufren la terrible espera de noticias.
Algunas de las víctimas son:
El primer reporte de un ataque vino de la mezquita de Al Noor en el centro de Christchurch durante las oraciones del viernes a las 13:40 hora local (00:40 GMT).
Un hombre armado estacionó cerca de la mezquita y comenzó a disparar mientras entraba por la entrada principal.
Disparó a hombres, mujeres y niños que estaban dentro durante unos cinco minutos.
El atacante transmitió en vivo el atentado desde una cámara montada en la cabeza y se identificó asimismo en las imágenes.
Según se informó, el hombre condujo luego unos 5 km hasta otra mezquita en el suburbio de Linwood donde ocurrió el segundo tiroteo.
La primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, dijo que las armas utilizadas por el atacante parecían haber sido modificadas, y que su auto estaba lleno de armas, sugiriendo “su intención de continuar con su ataque”.
El hombre obtuvo una licencia de armas en noviembre de 2017 que le permitió comprar las armas utilizadas en el ataque.
El fiscal general de Nueva Zelanda, David Parker, dijo que el gobierno buscaría prohibir las armas semiautomáticas, pero que aún no se había tomado una decisión definitiva.
Los intentos anteriores de reforzar las leyes sobre armas de fuego en un país con un fuerte lobby de armas y una cultura de caza fracasaron.
El sospechoso no había estado en el radar de los servicios de seguridad de Nueva Zelanda o Australia.
Análisis del periodista de la BBC en Christchurch, Rupert Wingfield-Hayes
Durante todo el sábado, la gente de Christchurch mostró su rechazo al odio que inspiró los terribles ataques del viernes.
En un momento, un grupo de jóvenes comenzó a cantar tranquilamente una canción tradicional maorí, con la cabeza gacha y los ojos cerrados.
La alcalde de Christchurch dijo que el asesino llegó a la ciudad con odio en su corazón, para realizar un acto de terrorismo. Y dijo que él no representaba nada sobre la ciudad.
Sin embargo, hay muchas preguntas para las autoridades. El hombre, ahora bajo custodia, Brenton Tarrant, no ocultó su apoyo a la supremacía blanca.
Según se informó, había estado planeando los ataques durante meses. Y, sin embargo, no estaba en ninguna lista de vigilancia policial.
No tuvo ningún problema para obtener una licencia de armas, ni para comprar una colección de armas de alta potencia.
Antes de los ataques, en las cuentas de las redes sociales en nombre de Brenton Tarrant se publicó un extenso documento racista en el que el autor identificó las mezquitas que luego fueron atacadas.
El texto se llama The Great Replacement (El Gran Reemplazo o “teoría del reemplazo”), una frase que se originó en Francia y se ha convertido en un grito de guerra para los extremistas europeos contra la inmigración.
El hombre dijo que había comenzado a planear un ataque después de visitar Europa en 2017 y que estaba enojado por los acontecimientos allí.
El sospechoso envió el documento a 70 personas, incluida la dirección genérica de Ardern, menos de 10 minutos antes del ataque, informa el diario New Zealand Herald.
Los musulmanes representan aproximadamente el 1,1% de la población de Nueva Zelanda de 4,25 millones, según las últimas cifras del censo.
Los números aumentaron considerablemente desde la década de 1990 cuando el país acogió a refugiados de varios países devastados por la guerra.