¿Qué tanto mienten las personas en las aplicaciones de citas?
Al parecer, no mucho: de acuerdo a un estudio realizado en el Laboratorio de Redes Sociales de la Universidad de Stanford (EE.UU.), hecho por los investigadores Jeffrey Hancock y David Markowitz, solamente un 7% de los mensajes enviados en estas aplicaciones son conscientemente engañosos.
Y esos engaños por lo general pertenecen a una de tres categorías, con las mentiras sobre la “autopresentación” -es decir, aquellas que impactan sobre la imagen de uno mismo que se quiere transmitir- siendo la mayoría.
Para su estudio, Markowitz y Hancock reclutaron a más de 200 personas a través de Amazon Mechanical Turk, un sitio de recopilación de datos en línea.
En él, ingresaron cerca de 3.000 mensajes que enviaron a las personas con las que estaban hablando -y que hasta el momento no habían visto físicamente- a través de las aplicaciones de citas, principalmente Tinder.
“Luego, las personas calificaron qué tan engañoso era cada mensaje, por ejemplo,‘1’ era ‘nada engañoso’ y ‘5’ era ‘extremadamente engañoso’. En algunos casos explicaron por qué el mensaje era falso”, explicó Markowitz en entrevista con BBC Mundo.
Pero, ¿cómo se aseguraron los investigadores de que las 200 personas no les mintieran sobre los mensajes que enviaban en las aplicaciones de citas?
“A menudo es difícil para los estudios de autoinforme identificar si las personas están mintiendo acerca de sus engaños“, reconoce Markowitz.
“Sin embargo, trabajos previos han establecido este método como un enfoque confiable para reunir los patrones de comunicación del engaño. [Además], hay pocas razones para que la gente mienta sobre sus engaños, porque no son identificables y su información es privada”, aclara.
Hancock le dijo a BBC Mundo que descubrieron “que la mayoría de los participantes nunca mintieron en absoluto, y que el promedio [de 7%] fue por unos pocos ‘mentirosos prolíficos'”.
“Esta gente mintió mucho más que la mayoría, con algunos mintiendo en 50% o más de sus mensajes. Así que la mayoría de las veces la mayoría de la gente no miente, pero algunos mienten mucho”, destacó el investigador.
El estudio no pudo medir qué tanto mentían las personas sobre si estaban solteros o tenían pareja. Sin embargo, encontraron en general tres tipos de mentiras comunes.
La primera de ellas apunta a “acuerdos o desacuerdos breves (por ejemplo, ‘sí’, ‘suena bien’, ‘no’), que fueron marcados como engañosos”, dice el informe.
La segunda es en “relación a la autopresentación“. De hecho, un 40% de las mentiras identificadas eran para parecer más atractivos.
“Si los participantes quisieran presentarse como más atractivos, por ejemplo, mentirían sobre la frecuencia con la que fueron al gimnasio”, ejemplificó Markowitz en un ensayo.
Y el tercer tipo de mentira identificada es la que Hancock definió en un estudio de 2009 como “mentiras de mayordomo”, que consisten en usar el engaño como una forma amable de ocultar interacciones sociales no deseadas.
Un ejemplo típico de mentira de mayordomo es cuando dices “discúlpame, pero mi teléfono dejó de funcionar”, pero en realidad estabas cansado o sin humor y no querías salir ese día a verte con un desconocido.
En entrevista con el portal de noticias de la Universidad de Stanford, los investigadores afirmaron que cuando las personas mienten durante una sesión de chat en estas aplicaciones, cerca del 30% de los engaños que dicen son mentiras de mayordomo.
“La gente a menudo dice mentiras de mayordomo para controlar su disponibilidad y no parecer desesperado“, explica Markowitz.
“Decirle a alguien que no puede encontrarse porque está con amigos, cuando de hecho está sentado en casa viendo la televisión, puede hacer que parezca ocupado y dar la impresión de que ver el partido de esa noche no es tu último esfuerzo para encontrar el amor”, comenta.
Así, las mentiras de mayordomo aumentan la incertidumbre de un coqueteo inicial antes de una cita y tienen un sentido estratégico.
Sin embargo, esto parece no aumentar el interés en la persona rechazada, e incluso, puede terminar por hacer que se desista de buscar algo más adelante.
“Es decir, si le sigues diciendo a alguien que no se pueden reunir o que tu teléfono está muerto de manera constante, esto puede levantar sospechas y disminuir el interés”, explica Markowitz.
Los investigadores coinciden en que todavía falta mucho por saber cómo el engaño es usado en los dispositivos móviles para conocer otras personas a través de ellos.
Pero está claro que las interacciones en redes sociales y aplicaciones de citas están moldeando en gran medida el futuro de las relaciones humanas.