Ciudad Guatemala
Esperaba cruzar este jueves el Canal de la Mancha, que separa el noroeste francés de la isla de Gran Bretaña, por los aires subido a su invento, una tabla voladora de propulsión a chorro. Pero no tuvo éxito.
Franky Zapata, un excampeón de jet ski, quería partir del norte de Francia para llegar al sur de Inglaterra en solo 20 minutos.
Pero el hombre, de 40 años, se precipitó al agua a mitad de camino mientras trataba de aterrizar en un barco para repostar.
Despegó de cerca de Calais el jueves por la mañana y se dirigía a la bahía de St. Margaret en Dover.
Zapata cayó, pero no resultó herido.
Una “decepción”
“Es una gran decepción”, le dijo un miembro de su equipo al canal de televisión francés BFM TV poco después del vuelo fallido. “Debe de haberse pasado de la plataforma por unos pocos centímetros“.
“Practicamos esta maniobra decenas de veces en mares más bravos”, añadió.
El intento tuvo lugar exactamente 110 años después de que Louis Blériot realizara el primer vuelo a través del Canal de la Mancha, en 1909.
Zapata partió de una playa en Sangatte, cerca de Calais, a las 09:00 hora local (07:00 GMT) del jueves. El momento exacto del despegue dependió de las condiciones climáticas y del tráfico marítimo.
Su objetivo era mantener una velocidad promedio de 140 kilómetros por hora mientras viajaba a una altura de entre 15 y 20 metros sobre el agua.
Una multitud se reunió en la playa para ver el intento. Poco después de partir, Zapata desapareció de la vista mientras un helicóptero lo seguía de cerca.
Pero solo minutos después se anunció que había fracasado.
“Creamos una nueva forma de volar. No usamos alas. Eres como un pájaro, es tu cuerpo el que vuela. Es un sueño de la infancia”, le había dicho a los periodistas antes del vuelo.
Pero también había advertido que el viento podía hacer que el cruce de 35 kilómetros fuera “más complejo”.
Zapata recibió una amplia atención luego del desfile anual del Día de la Bastilla en París el 14 de julio, cuando participó en una exhibición militar con su futurista tabla volante.
La prensa de su país lo apodó “el hombre volador”.
La invención, que tiene aproximadamente el tamaño de un monopatín, está propulsada por cinco motores a reacción pequeños y funciona con el queroseno almacenado en la mochila del conductor.
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