Caerse de la risa es para algunas personas algo más que una frase hecha.
El periodista español Jordi Évole sorprendió a sus seguidores el pasado jueves al explicar que padece cataplexia, un trastorno que produce una debilidad repentina de los músculos que puede derivar en una caída al suelo, similar a un desmayo.
Lo curioso de esta condición es que el desencadenante de esta pérdida de control muscular puede ser una emoción fuerte como la risa.
“Me di cuenta de que cuando me entraba la risa con según qué amigos, me entraba una flojera en el cuerpo de caerme, de no poder sostenerme verticalmente, cosa que hacía mucha gracia a la gente, porque me caía de la risa”, contó Évole en el programa de la cadena Antena 3 TV “El Hormiguero”.
¿En qué consiste la enfermedad?
La cataplexia o cataplejía es un episodio transitorio de debilidad muscular que se sitúa en el umbral de los trastornos del sueño. Los músculos se relajan y debilitan de forma súbita, lo que puede dar lugar a caídas y accidentes.
“La cataplexia se debe a la entrada brusca en sueño paradójico o de movimiento ocular rápido (conocido como fase REM, por sus siglas en inglés) y forma parte de la tétrada característica de la narcolepsia”, explican en la Clínica Universidad de Navarra (España).
La persona que sufre un episodio de cataplexia puede sentir una simple relajación de las rodillas o las mandíbulas. En los casos más graves se produce la parálisis transitoria del cuerpo.
Normalmente los episodios de cataplexia son breves, duran entre 30 segundos y dos minutos, y se producen a consecuencia de emociones intensas: cuando la persona ríe mucho, siente miedo, ira o llora.
No se debe confundir la cataplexia con los ataques de sueño característicos de la narcolepsia: durante la cataplexia la persona mantiene la consciencia, aunque en caso de estar en una postura cómoda puede sentir somnolencia y quedarse dormida.
Otros efectos de un ataque catapléxico pueden ser dificultades a la hora de hablar y alteraciones visuales, particularmente visión borrosa o doble.
Los expertos señalan que la causa principal de la narcolepsia y la cataplexia es el déficit de la hormona orexina o hipocretina en el líquido cefalorraquídeo.
La orexina tiene un papel fundamental en el mantenimiento de la vigilia y el estado de alerta.
En concreto, se cree que los episodios de cataplexia son consecuencia de la inhibición de las neuronas motoras en la médula espinal, de ahí la pérdida de control de los músculos.
Cualquier alteración que reduzca los niveles de orexina puede causar síntomas narcolépticos como la cataplexia.
El trastorno puede ser consecuencia de lesiones, malformaciones, tumores cerebrales, infecciones encefálicas, accidentes vasculares o enfermedades como la esclerosis múltiple.
En muchos casos la narcolepsia y la cataplexia tienen un componente genético.
Al igual que la narcolepsia, la cataplexia no tiene cura y se trata fundamentalmente con medicamentos. El más utilizado es el oxibato de sodio, un fármaco que también es eficaz para combatir la somnolencia diurna.
Otros fármacos que se utilizan en general son los estimulante y los antidepresivos.
Además, los pacientes de cataplexia pueden intentar prevenir los episodios identificando los síntomas que los preceden para poder reaccionar a tiempo cuando se empiecen a producir.
También se recomienda seguir una rutina que favorezca el sueño reparador nocturno y planificar siestas diurnas.