Las impresionantes imágenes que dejan las auroras en los polos se podrán ver de forma excepcional en otras partes del planeta gracias a la tormenta geomagnética que estos días se aproxima a la Tierra.
El Centro de Predicción del Clima Espacial, una agencia que pertenece a la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés), fue el órgano encargado de alertar de la llegada a de la tormenta.
Si bien los expertos de la NOAA dijeron que la intensidad será moderada, es posible que este inusual fenómeno permita que entre este miércoles y el próximo viernes se puedan ver auroras boreales en algunas partes de Canadá y del norte de Estados Unidos.
Una tormenta geomagnética es una gran perturbación de la magnetosfera de la Tierra que ocurre cuando hay un intercambio de energía procedente del viento solar hacia el entorno espacial que rodea nuestro planeta.
Estas tormentas provienen de variaciones en el viento solar que producen grandes cambios en las corrientes, plasmas y campos de la magnetosfera de la Tierra.
Las condiciones idóneas para que haya una tormenta geomagnética se producen cuando hay períodos de viento solar de alta velocidad sostenidos durante varias horas.
Las tormentas más grandes se asocian con eyecciones de masas coronales(EMC) en las que unos mil millones de toneladas de plasma solar, con su campo magnético incluido, llegan a la Tierra.
Las EMC proceden de la atmósfera exterior del Sol, que es una zona con campos magnéticos muy fuertes. Al cerrarse, estos campos pueden expulsar materia de forma repentina en una gran explosión.
Las EMC generalmente tardan días en llegar a nuestro planeta, pero se han detectado casos, para las tormentas más intensas, en los que llegan en apenas 18 horas.
La tormenta geomagnética que experimentamos esta semana llega después de que se produjeran tres eyecciones de masa coronal procedentes de una gran mancha solar.
La materia se expulsa hacia el espacio y choca con cualquier objeto que se encuentre en el camino.
Si una EMC explota en dirección a la Tierra, el plasma solar interactúa con los átomos y moléculas de nuestra atmósfera. Este choque da lugar a las auroras boreales (polo norte) y australes (polo sur).
Cuando el Sol produce grandes explosiones, una fuerte tormenta geomagnética puede alterar los sistemas de GPS, los satélites y las redes de suministro de energía de la Tierra.
Además, las tormentas pueden afectar de modo negativo a las personas sensibles a alteraciones del campo magnético terrestre
El astrofísico ruso Serguéi Bogachov afirmó que esta tormenta geomagnética es la más fuerte del último año y medio.
Sin embargo, Bogachov precisó que se trata de “una tormenta de grado tres en una escala del uno al cinco”, por lo cual “no es un evento máximo”.
Por su parte, el Centro de Predicción del Clima Espacial señaló que la mancha solar de la que proviene la EMC más reciente parece estar desintegrándose y ya no es capaz de producir eyecciones de gran magnitud que planteen un riesgo importante para nuestro planeta.
Así, el efecto más destacado que dejará la tormenta geomagnética será la posibilidad de disfrutar de la hermosa aurora boreal más allá de la fría frontera del Ártico.