Un grupo de vecinos que se movilizaba en un área de los Cuchumatanes, se percató de un pequeño féretro blanco que en su interior tenía el cuerpo de un recién nacido muerto, algo que ha causado alarma.
El alcalde auxiliar Leonardo Saucedo Carrillo informó que la población está atemorizada pues es la primera vez que ocurre un hecho de esta naturaleza, en la comunidad y en la región alta de los Cuchumatanes.
Explica que al enterarse, de inmediato se hizo una revisión en la comunidad para establecer si el bebé era hijo de alguna mujer de la localidad; sin embargo, esto se descartó pues tanto las embarazadas como los recién nacidos están con su familia, por lo que creen que personas de otro lugar llegaron a dejar al pequeño en ese cementerio.
Saucedo indica que la noche del viernes pasado escucharon a personas merodear el cementerio; sin embargo, por la hora nadie prestó atención y fue hasta el domingo que se percataron de que había sido profanada una tumba donde intentaron inhumar el féretro del recién nacido.
“Estamos muy sorprendidos por este hecho que nos preocupa pues nunca había ocurrido algo similar y menos que intentaran sacar a un muerto para meter otro”, expresó.
Autoridades comunitarias aseguran que las mujeres embarazadas y los recién nacidos de Los Rosales, la Quebradrilla, Chiantla, Huehuetenango, se encuentran cabales, por lo que desconocen quiénes pueden ser los padres del recién nacido muerto que fue localizado el fin de semana dentro de una ataúd en el cementerio de la comunidad, hallazgo que repudian organizaciones sociales.
Según el agente de la Policía Nacional Civil (PNC) Eliseo López luego de recibir una llamada de auxilio, a las 7.30 horas, ese día, se dirigieron a la comunidad a donde llegaron dos horas después y constataron que los vecinos había sustraído la bolsa negra que contenía el féretro del bebé.
Agregó que los pobladores manifestaron su sorpresa pues el recién nacido fue colocado dentro del ataúd y luego hicieron el intento por sepultarlo, algo que parece extraño pues la mayoría de menores son abandonados a la intemperie, en basureros, mercados, baños públicos o a orilla de ríos.
El auxiliar departamental de la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH), Erick Villatoro Letona, asegura que este caso es una evidencia de la deshumanización de la sociedad. “Este hecho es lamentable porque violenta todos sus derechos, principalmente el de la vida que esta privilegiado en la Constitución”, dijo.
Agrega que “la irresponsabilidad de los padres y las condiciones desfavorables en las zonas rurales hacen que persistan este tipo de acciones que se esconden por temor a las críticas de la sociedad, y pone en mayor vulnerabilidad a la madre, si está sola y se trata de un embarazo no deseado”.
El funcionario asegura que hay un impacto social por haber llevado el cuerpo a una comunidad donde no es común un hecho de este tipo, pues comprar una caja representa un gasto de por lo menos Q250.
Letona indicó que dejar a un niño abandonado es preocupante y en Huehuetenango hay altos indicadores al respecto, recordó que 10 menores con abrigo temporal se encuentran en el hospital Regional, algunos de los cuales fueron abandonados y localizados en circunstancias precarias.
Señala que este tipo de casos violenta los derechos humanos de los recién nacidos a quienes se priva del derecho a la vida, a la salud, a una familia, a crecer y a desarrollarse plenamente en la sociedad.
Según el presidente de la Asociación para el Desarrollo de la Juentud (Adesju), Daniel Mérida, es necesario conocer detalles del caso para emitir una opinión, pues no se trata de un hecho común, porque el recién nacido fue dejado en un ataúd.
“El hecho en sí de haberlo hallado causa indignación; sin embargo, debe conocerse la historia detrás del caso, porque no se sabe el origen del bebé ni se conoce a los padres, tampoco se conoce los motivos que los llevaron a dejar en ese sitio el féretro”, indicó.