Con la ilusión de vender pasteles para alimentar, vestir y educar a sus tres hijas, María Adelaida Escobar Funes de 43 años, construyó un horno artesanal para emprender su propia pastelería desde el patio de su hogar.
Doña María, como la conocen los vecinos, reside en el Cantón Concepción Ocosito, zona 4 de Retalhuleu, quien se quedó a cargo de sus tres hijas desde que su esposo falleció cuando talaba un árbol en su domicilio.
“La necesidad de darle comida y estudio a mis hijas” fue lo que la impulsó a construir el horno con una estructura de hierro y barro, y fue así como “buscamos la manera de ganarnos el dinero” precisó Escobar Funes.
Sus hijas, Jaqueline, de 4 años, Jessica, de 13, y Cáterin de 20, de apellidos Pérez Escobar, han sido la inspiración para que María Adelaida decidiera estudiar repostería y con los conocimientos adquiridos emprender un proyecto con los recursos que tienen a su alcance.
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Refiriéndose al grado escolar que cursan sus hijas indicó que una está “en cuarto primaria”, la otra “en primero básico”, y la más grande “le toca entrar a la universidad”.
Algunos vecinos de la familia Pérez Escobar comentaron que desde que María Adelaida enviudó se las ha ingeniado para brindarles alimento, vestuario y educación a sus tres hijas, y ha sido un ejemplo para los residentes del área.