La agencia de las Naciones Unidas para los refugiados (ACNUR) se mostró este martes alarmada por el fuerte incremento del desplazamiento forzado de personas del norte de Centroamérica a causa de la violencia en sus países.
Se está observando “un importante aumento del número de personas que huyen de la violencia y la persecución en el Norte de Centroamérica”, por lo que ACNUR “se muestra alarmada”, dice esta agencia de las Naciones Unidas, cuya representación para América Central, Cuba y México está en Panamá.
Según un comunicado de ACNUR, a finales de 2017, en todo el mundo se había registrado a más de 294.000 personas solicitantes de asilo y refugiadas procedentes del Norte de Centroamérica, un 58% más que en el año anterior y dieciséis veces más que a finales de 2011.
Además, las solicitudes para obtener la condición de refugiado de personas de esta región también se están incrementando en el resto del mundo. Entre 2011 y 2017 se presentaron 350.000 solicitudes en todo el mundo, de las cuales, cerca de 130.500 son de 2017.
“Este incremento lo estamos notando de una manera significativa desde 2015”, dijo a la AFP Francesca Fontanini, responsable de comunicación de ACNUR para América Latina.
“Las personas están huyendo por varios motivos, incluidos económicos, pero también hay personas que están huyendo por motivo de la violencia y la persecución, sobre todo por pandillas y bandas criminales”, señaló Fontanini.
La gran mayoría de quienes huyen, principalmente de Honduras y El Salvador, buscan protección en Belice, México y en Estados Unidos, y de manera creciente en Costa Rica y Panamá.
En el Triángulo Norte de Centroamérica (Guatemala, El Salvador y Honduras) las pandillas MS-13 y Barrio 18, integradas por decenas de miles de jóvenes, siembran el pánico en las barriadas pobres de las principales ciudades, donde trafican con drogas, asaltan, asesinan y extorsionan.
El propio presidente de Estados Unidos, Donald Trump, llamó “animales” a los componentes de la pandilla MS-13, de los que dijo: “No se puede creer lo malas que son estas personas”.
Con cerca de 16.000 homicidios en 2016, el Triángulo Norte se mantiene como una de las regiones sin guerra más violentas del mundo, pese a los drásticos planes de seguridad en marcha, que incluyen a los ejércitos.
El promedio de los tres países es de 50,6 homicidios por cada 100.000 habitantes, ocho veces la media mundial de 6,7 por cada 100.000 establecido por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
“Son muchas las personas que se están desplazando en estos momentos y se hallan en grave peligro”, especialmente niños y adolescentes, que huyen “del reclutamiento forzado por parte de pandillas criminales”, denuncia ACNUR.
“Estamos hablando de familias, de enteras generaciones que están huyendo”, manifestó Fontanini, según la cual, la situación actual es la más grave tras las migraciones masivas durante las guerras civiles que asolaron la región en la segunda mitad del siglo pasado.
Por este motivo, la agencia de ONU hizo un llamamiento a la comunidad internacional para brindar protección y ayuda a los países del Norte de Centroamérica para abordar las causas de la situación, y pidió mejorar los sistemas de asilo e incrementar los programas de asistencia humanitaria.
ACNUR lamenta además que de los 36,2 millones de dólares que necesita para proteger y asistir a los afectados por esta situación sólo ha recaudado un 12 por cierto de los fondos necesarios.
“Necesitamos un incremento financiero” para responder a esta situación, sentenció Fontanini.
Con información de: Juan José Rodríguez © Agence France-Presse