A sus 11 años, Anderson Esaú López Álvarez elabora llaveros, pulseras, figuras de animales, entre otros objetos artesanales que sale a vender a las calles para apoyar su hogar económicamente.
Desde los cinco años sale a las calles a vender las artesanías que elabora junto a su madre, utiliza conchas y huesos de pez vela.
El dinero que gana lo emplea para comprar alimentos, útiles y ropa para él y sus tres hermanos, ya que la familia vive en pobreza.
Su anhelo más grande es ser un profesional cuando crezca, para tener un salario digno y poner su propio negocio.
Se estima que en Guatemala unos 580 mil niños trabajan para ayudar a mantener su hogar, aproximadamente el 50 por ciento se dedica a la agricultura o actividades relacionadas con el área rural.
De cada cien niños trabajadores, 67 se inscriben en la escuela, los otros 33 no estudian por problemas económicos, labores domésticas o bajo rendimiento escolar.
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Con información de: Rolando Miranda