Niños de diferentes edades recorren el centro de Chiquimula con ropa sucia y deteriorada. Eligen a una persona, se acercan y le piden dinero. Esas imágenes son el reflejo del alto grado de explotación que hay en la ciudad, pues se sabe que cada menor debe reunir Q50 o más por día.
El pasado 5 de mayo, personal la Red de Paternidad y Maternidad Responsable de Chiquimula, rescató a seis niños en el centro de la ciudad, donde fue detenida Elvira Ramos Felipe, de 42 años, supuesta madre de algunos de los menores, a quienes presuntamente explotaba.
Jaime Mantar, coordinador de la Red de Paternidad y Maternidad Responsable, detalló que Ramos Felipe ordenaba a los pequeños que deambularan por las calles para pedir dinero, lo que fue denunciado por vecinos del sector.
“Hemos investigado otros casos similares y vemos coincidencias en estas situaciones. A los niños se les exige una cuota de al menos Q50 al día, y si no logran recaudar el dinero los padres o personas que los explotaban no les permitían ingresar a sus hogares, y duermen a la intemperie y sin comida”, aseguró Mantar.
Añadió que Ramos Felipe, originaria de El Palmar, Chiquimula, estuvo en la cárcel anteriormente por el mismo delito; sin embargo, fue dejada en libertad y ahora vuelve a incurrir en ilegalidades.
Integrantes de la Red de Paternidad y Maternidad Responsable comentaron que en la ciudad de Chiquimula estos casos son comunes, y que también en Olopa se registran, donde también varios menores han sido rescatados por las autoridades.
Varios chiquimultecos han expresado su preocupación por el incremento de menores que trabajan o bien son explotados laboralmente en semáforos de la ciudad, por lo que han solicitado a autoridades tomar cartas en el asunto.
Decenas de niños han sido vistos en las esquinas y algunos semáforos realizando malabares con pelotas e incluso cuchillos, otros limpian vidrios y llevan a cabo otro tipo de acrobacias para obtener dinero. Sin embargo, algunas personas han indicado que los menores no se quedan con todo el dinero que ganan, pues deben entregar un porcentaje a los adultos que se encuentran cerca del punto donde trabajan.
Uno de los niños que realizan malabares en la calzada Héctor Augusto España Bracamonte de la zona 1, comentó que el dinero que gana le sirve para comprar sus alimentos, pero que en ocasiones otros adultos le quitan el dinero.
El menor de 8 años comentó que no estudia y que ese trabajo es el único que le permite ganar dinero de forma práctica para apoyar en la economía familiar.
“Si no se rescatan a esos niños se corre el peligro de que formen pandillas en un futuro, porque no tienen el calor de una familia y en las calles no pueden aprender nada productivo”, opinó José España Díaz, vecino.
Otros pobladores denunciaron que en la zona 1 se halla una adolescente de 13 años que está embarazada y trabaja en el vertedero municipal.
“Es necesario proteger a estos jóvenes que se mantienen en las calles exponiéndose a un ambiente violento y cruel con tal de ganarse unos centavos. La vida, el alimento y la salud deberían ser garantías del estado”, dijo Karla Gálvez, ama de casa.
Ana Lucrecia Salazar, de la oficina de la sección especializada niñez y adolescencia de la Policía Nacional Civil en Chiquimula, detalló que coordinan con personal de la Procuraduría General de la Nación (PGN) para poder rescatar a estos menores, quienes son explotados por sus padres o por otras personas.
Sindy Yuliana Vásquez Pleitez, psicóloga, resalta que el maltrato infantil es un problema grave y existe a nivel mundial, según la Organización Mundial de la Salud una cuarta parte de todos los adultos manifiestan haber sufrido maltratos físicos de niños. Además la mendicidad es una forma de crimen organizado.
Asegura que entre la pobreza es el principal factor que ponen en riesgo a los niños para ser víctimas de maltrato y específicamente de tratos negligentes (mendicidad).
“Las personas que son víctimas de maltrato infantil crean un apego inseguro desorganizado debido a que les dejaron solos y sin apoyo en momentos de angustia, además de recurrir a los golpes como una forma de educar, el problema es que quienes formaron este tipo de apego repiten el mismo patrón cuando son adultos”, dijo.
A decir de la experta, hoy en día la sociedad se ha vuelto indiferente ante el fenómeno del maltrato, pero está situación es un indicador de la falta de oportunidad para algunas personas de obtener un empleo o participar de programas sociales que les permitan tener una vida digna.
Manifestó que el maltrato infantil tiene serias consecuencias en la salud mental del niño, tales como la falta de autoestima, depresión, ansiedad, pensamientos negativos, actos violentos y prácticas sexuales de riesgo.
“El maltrato también puede contribuir a las enfermedades del corazón, el cáncer, al suicidio y a las infecciones de transmisión sexual”, añadió.
Según cifras de las autoridades, en lo que va del año seis niños han sido rescatados de las calles en Chiquimula, mientras que el año pasado fueron 18.