La final de la Copa Sudamericana, al igual que la de la Copa Libertadores de América, se disputará desde este año a partido único por primera vez.
Conmebol le quitó a Lima la sede de la final de la Copa Sudamericana de 2019 este jueves y se la otorgó a Asunción, a raíz de la crisis política y dirigencial que sufre el fútbol peruano.
“Por la crisis política y dirigencial que sufre el Perú, puntualmente el fútbol, no se pudo cumplir y la Conmebol buscó otra opción”, explicó Gonzalo Belloso, secretario general adjunto de fútbol de la Conmebol.
“Perú tenia que hacer una inversión que no pudo hacer, sobre todo un tema de permisos. Con los primeros que se habló fue con ellos y ahora se decidió por Asunción”, remarcó el directivo a la radio paraguaya 1080 AM.
Según anunció más temprano en un comunicado del organismo sudamericano del fútbol, cuya sede se encuentra en la capital paraguaya, “la determinación fue tomada tras un análisis entre los integrantes del Consejo de la Conmebol, teniendo en cuenta cuestiones organizativas que facilitarán el éxito de la final única de este torneo de clubes sudamericano”.
La final de la Copa Sudamericana, al igual que la de la Copa Libertadores de América, se disputará desde este año a partido único por primera vez.
Mientras tanto, la final de la Copa Libertadores, también por primera ocasión a partido único, se celebrará en el estadio Nacional de Santiago de Chile el 23 de noviembre próximo.
Antes de la decisión de quitarle la sede de la final de este año a Lima, la Conmebol ofreció como compensación a la Federación de Peruana de Fútbol la posibilidad de organizar la final de la Copa Sudamericana en 2020, precisó Belloso.
El duelo definitorio de la Sudamericana-2019 se jugará el 9 de noviembre en el estadio Defensores de Chaco, en Asunción.
Según Belloso, la elección del estadio Defensores del Chaco, con capacidad para 35.000 espectadores, fue por cuestiones administrativas, organizativas y por logística.
Este escenario, prosiguió, reúne todas las condiciones para un evento de tal envergadura y añadió que la iniciativa recibió el apoyo del titular de la Asociación Paraguaya de Fútbol (APF), Robert Harrison, y del propio presidente de Paraguay, Mario Abdo.
“El presidente Harrison entiende perfectamente la organización de un evento como este. El gobierno del Paraguay también está con mucho interés. Es muy interesante porque pondrá a la ciudad de Asunción como epicentro de un hecho que va a atraer a mucha gente”, ponderó Belloso.
La Copa Sudamericana-2019 completó su primera fase el miércoles con la clasificación de Argentinos Juniors en Venezuela. El lunes próximo en Asunción se realizará el sorteo de la segunda fase, con los 22 clasificados de primera ronda, los ocho terceros de la fase de grupos de la Libertadores y los dos mejores perdedores de la tercera ronda previa de este torneo (Atlético Nacional de Medellín y Caracas FC).
Desde su creación en 2002, la final de la Copa Sudamericana se jugaba en régimen de ida y vuelta.
La decisión tomada este jueves por la Conmebol al sacarle la sede a Lima de la final de la Copa Sudamericana es un nuevo golpe para el fútbol peruano.
La FIFA ya le había quitado la sede del Mundial Sub-17 de este año el pasado 22 de febrero y se lo había otorgado a Brasil.
“Desde principios de año sufrimos varios problemas en Perú. Se iba a jugar el Mundial Sub-17. La FIFA planteó algunos objetivos a los que no pudo llegar la FPF, y Perú en general. Lo pasaron a Brasil”, explicó Belloso.
Además, el expresidente de la Federación Peruana de Fútbol (FPF) Edwin Oviedo se encuentra en prisión preventiva desde el 8 de diciembre del año pasado, acusado por la Fiscalía de haber ordenado los homicidios de dos sindicalistas de una empresa controlada por él.
En su reemplazo la FPF quedó a cargo del vicepresidente Agustín Lozano, quien asumió el mismo 8 de diciembre sus funciones.
Según la denuncia de la Fiscalía, Oviedo ordenó dichos homicidios en represalia por las actividades de protesta que éstos organizaban contra el dirigente de la FPF cuando se desempeñaba al frente de la azucarera Tumán, en Chiclayo (norte de Perú).
En reiteradas ocasiones, Oviedo ha insistido en su inocencia en este caso.
Oviedo, quien dirigía la FPF desde enero de 2015, era además investigado por “cohecho” y “tráfico de influencias” en un caso de una red de corrupción integrada por prominentes jueces. La justicia rechazó dictar prisión contra él por este caso.
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