El torneo de naciones de la Concacaf ha tenido a Estados Unidos como su sede desde su nacimiento en 1991, con algunas fechas disputadas en Canadá y México.
Copa Oro de la Concacaf tendrá una novedad en su edición de 2019: por primera vez disputará una fecha en el Caribe y una en Centroamérica, aunque el resto del torneo seguirá en su sempiterna sede, Estados Unidos.
El torneo de naciones de la Concacaf ha tenido a Estados Unidos como su sede desde su nacimiento en 1991, con algunas fechas disputadas en Canadá y México.
Coincidentemente, el torneo solo ha sido ganado por los tres países norteamericanos en sus 13 ediciones. México se ha coronado en siete ocasiones, Estados Unidos en cinco y Canadá una vez.
Analistas y expertos aseguran que esa organización de la Copa Oro implica una ventaja para las selecciones norteamericanas, en detrimento de las centroamericanas y caribeñas.
Pero al mismo tiempo, admiten que nadie tiene condiciones de competir con la capacidad organizativa de Estados Unidos.
“Ellos tienen ventajas porque juegan como locales, tanto México como Estados Unidos. Ni juntando a todos los centroamericanos llegan a sumar los mexicanos que viven en Estados Unidos”, comentó a AFP el legendario entrenador hondureño José de la Paz Herrera, conocido como “Chelato Uclés”.
El Chelato, quien dirigió a Honduras en el Mundial de España-1982, consideró que “hay una gran desventaja para Centroamérica y el Caribe en la Copa Oro en lo futbolístico, (pero) las cantidades que se pagan en Estados Unidos y México son astronómicas”.
En las décadas de 1960 se disputó el viejo Campeonato Norte, Centroamérica y el Caribe, conocido como Norceca, con sedes rotadas entre los países de Concacaf, y que dejó títulos en Costa Rica, México, Guatemala, El Salvador, Panamá y Haití.
Su última edición se disputó en 1971 y la Concacaf quedó sin torneo de naciones hasta el surgimiento de la Copa Oro, en 1991.
El narrador mexicano Emilio Fernández, de ESPN, consideró que la sede permanente en Estados Unidos le garantiza a la Copa Oro un rendimiento económico que no tendría en otros países, por reunir en su territorio a aficionados de los países más relevantes en materia futbolística.
“Que el torneo se juegue en Estados Unidos y cuente con la presencia de equipos como México, Costa Rica y El Salvador, genera y asegura buenas entradas cuando se enfrenten contra quien sea”, comentó Fernández.
Recordó que cuando la Copa Oro se ha desarrollado en México, “ha sido un fracaso total en cuanto a dinero y asistencia a los estadios”.
Ante ello, el periodista deportivo costarricense Gustavo Jiménez, exdirector del diario deportivo Al Día, preguntó cuál país de Concacaf tiene la capacidad logística, infraestructura y de patrocinadores que tiene Estados Unidos para organizar un torneo de este nivel.
“Si aquí hay una inequidad, se debe a que ningún país tendría la capacidad de ofrecer lo que ofrece una Copa Oro en Estados Unidos. No se trata de que las otras Federaciones se quejen o protesten, se trata de que si lo hicieran, no pueden poner sobre la mesa lo que Estados Unidos ha puesto desde 1991”, opinó Jiménez.
En todo caso, Jiménez consideró que los únicos centroamericanos en condiciones de disputar un título de la Copa Oro son Honduras y Costa Rica, y en menor medida Panamá, países que suelen armar sus procesos de selección pensando en la eliminatoria mundialista, y “todo lo demás es secundario”.
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