Coquet, militante de Montoneros, estuvo detenido durante un año en la ESMA, ubicada a un kilómetro del estadio Monumental, donde jugaba la Albiceleste.
La última vez que Argentina y Francia chocaron en un Mundial fue en Buenos Aires, en 1978, en plena dictadura, cuando miles de personas se encontraban detenidas en centros clandestinos. A la Albiceste le costó ganarle a los Bleus.
Pese a los llamados a boicotear el Mundial y denunciar la represión, los países clasificados acudieron a la cita mundialista.
“Es difícil hablar del campeonato del mundo más allá de lo que significa para lo futbolero. Escuchar que todo el país estaba detrás de la selección, pero lamentablemente había muchísima gente que sufría. Yo lo siento de corazón”, dijo Jorge Olguín, defensor de aquella selección argentina campeona del mundo.
“No sé cómo explicar que nosotros, realmente, no teníamos la menor idea (de lo que pasaba), como mucha gente en el país”, insistió el futbolista que entonces tenía 26 años, durante un encuentro con exdetenidos que fueron torturados en los mismos días del Mundial.
En la que fue la prisión clandestina de la ESMA, Ricardo Coquet se dirige a Olguín: “Yo te alentaba desde el sótano”, le dice.
Coquet, militante de Montoneros, estuvo detenido durante un año en la ESMA, ubicada a un kilómetro del estadio Monumental, donde jugaba la Albiceleste.
“Viví el Mundial con capucha y grilletes. Se escuchaba el clamor del estadio. No estábamos en la cancha, pero queríamos que ganara Argentina a pesar de estar detenidos”, rememoró.
Coquet afirma que los prisioneros se sentían “reconfortados por el fútbol. No pensábamos en el boicot”.
“Yo soy muy futbolero. Hubo una utilización política del Mundial, pero también permitió que unos periodistas extranjeros fuesen a entrevistar a las Madres de Plaza de Mayo”, que reclamaban la aparición con vida de sus hijos secuestrados por el régimen.
El Argentina-Francia, el 6 de junio de 1978 en el Estadio Monumental de Buenos Aires, fue ganado por la Albiceleste 2-1. Daniel Passarella anotó el primer gol de penal, Michel Platini empató y Leopoldo Luque consiguió el tanto de la victoria a minutos del final del partido, por la primera ronda.
Un joven Diego Maradona ya era un prodigio de habilidad, pero el DT César Menotti lo dejó fuera del Mundial-1978 al hacer el corte definitivo de su plantel.
Para Alberto Tarantini, quien luego jugó en el fútbol francés en los equipos Bastia y Toulouse, aquel partido Argentina-Francia “es un gran recuerdo”.
“Eran dos selecciones con potencial enorme, Francia con jóvenes como Rocheteau, Michel, Six, Bossis, Platini y de más experiencia como Janvion, Lopez, Lacombe. Francia tenía poderío, por eso era el grupo de la muerte con Italia y Hungría. Fue muy complicado ese partido, ganamos con el gol de Luque faltando poco tiempo”, recuerda.
La clave del triunfo estuvo en que “Argentina tuvo mejor final. Eran dos equipos con atacantes muy poderosos. Estábamos condicionados porque teníamos que ganar sí o sí”, asegura.
Para este sábado, Tarantini siente cierta prevención ante Francia.
“Es una de las cinco selecciones candidatas para ganar el Mundial. Pero es un partido, puede pasar cualquier cosa. Argentina puede volver a ser el equipo que tiene que ser con los jugadores que tiene”, remató.
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