El estadio Mineirao fue escenario de una batalla sin cuartel. La Canarinha de Tite hizo respetar la casa con inspirado Gabriel Jesús que abrió el marcador a los 19 minutos. Sería el atacante del Manchester City quien habilitaría después a los 71 minutos a Roberto Firmino.
Gabriel Jesus colocó a Brasil el martes en la final de la Copa América tras vencer por 2-0 en Belo Horizonte a una aguerrida Argentina, que con esta derrota prolonga su eterno eclipse de triunfos y ensombrece el cielo de Lionel Messi.
El estadio Mineirao fue escenario de una batalla sin cuartel. La Canarinha de Tite hizo respetar la casa con inspirado Gabriel Jesús que abrió el marcador a los 19 minutos. Sería el atacante del Manchester City quien habilitaría después a los 71 minutos a Roberto Firmino.
En el Mineirao, aquel estadio en donde la sangre de Brasil fue derramada en 2014 con el 7-1 a Alemania, la Canarinha avisa que no aceptará otro vejamen más.
Ya le ganó allí a Argentina en la eliminatorias de 2016 por 3-0 y hoy lo vuelve a hacer, en medio de los gritos de “olé, olé” de su tan bipolar “torcida”, que la ama en los triunfos pero que la desprecia en las derrotas.
“Perder de esta manera es injusto en cuanto al juego, pasó Brasil y los felicitamos, pero para Argentina es un golpe menos duro por el hecho que o dejamos todo y jugamos contra una selección grande”, se lamentó el entrenador albiceleste, Lionel Scaloni, en la conferencia de prensa postpartido.
Este martes, de los efusivos abrazos entre Lionel Messi y Daniel Alves antes de salir al campo nada quedó. Fue una pelea sin cuartel, com muchos hombres cayendo en combate al paso de cada artillería. Brasil apareció inspirado y Argentina llegó aguerrida aunque menos precisa.
“Un gran equipo es hecho con la mentalidad de sus atletas. El cuerpo solo responde a mentes fuertes. En medio de presión, de expectativas altas, de reclamos del técnico”, dijo el DT de la Canarinha, Tite, en un elogio a Dani Alves.
Desde el inicio, Dani Alves avisaba lo que venía. Iban dos minutos de juego cuando se lanza a toda velocidad por la derecha, buscado complicidad con Gabriel Jesús, que aún estaba dibujando su camino a la gloria.
Pero el ya exlateral del PSG y capitán brasileño la vio clara. Esa era la puerta por donde podían entrar custodiada por Acuña y Tagiafico. Un nuevo intento hizo que este último tuviera que derrumbar a Gabriel Jesús y llevarse la primera amarilla a los ocho minutos.
En medio de la insistencia brasileña, la ocasión llegó con un desbande del capitán de Brasil: un sombrero a un primer marcador, un drible que dejó a otro zaguero tirado en el piso y un pase para Firmino que vio bien colocado a Gabriel Jesús, quien le infló las redes a Armani.
En la previa, el propio Gabriel Jesús había advertido a la Argentina de Messi que, si querian vulnerar la defensa Canarinha, iban a “tener que sudar”.
Y la verdad que los que sudaron frío a los 29 minutos fueron los zagueros brasileños. Un tiro libre de Messi les gana las espaldas y deja espacio para que Agüero se eleve e intente de cabeza. El tiro se estrella en el travesaño y Marquihos consigue controlar.
“Messi es excepcional, extraterrestre, es excepcional”, valoró Tite.
Por el extremo izquierdo el ataque de Brasil, Foyth tuvo relativamente controlado a Everton y De Paul complicaba por momentos a Alex Sandro.
Les costaba mantener el balón sólo cortaban los pases brasileños. Así se fueron a las duchas. En el entretiempo, el presidente de Brasil Jair Bolsonaro se paseó por el borde del gramado, con más apoyo que abucheo desde las tribunas casi llenas del Mineirao.
En Buenos Aires, un eclipse de sol cerraba sus cielos. No sabían que horas después, les caería otro.
Messi, que había caminado por buen rato durante el primer tiempo, pareció volver con furia en la segunda mitad, así como sus compañeros e el ataque.
Una combinación del ‘Kun’ Agüero con Lautaro Martínez terminó en las manos de Alisson y otro disparo de De Paul se perdió por encima del travesaño.
A los 57, Messi recibió por la izquierda, dispara firme y la bola reventó en el palo izquierdo de Alisson. El mejor jugador del mundo intenta de nuevo pero el balón cruza hasta perderse.
Luego vendría la sentencia. Gabriel Jesús carga con toda velocidad por la izquierda y abre a la derecha para Firmino, que acabó con Armani. La insistente apuesta de Tite por su Jesús, daba resultado.
“Si tengo que ayudar desde algún lado, lo voy a hacer. Me sentí muy bien con este grupo”, declaró Messi tras la derrota.
“Viene una camada buena, importante, que demostró que ama a la selección y que quiere estar. Hay futuro y una base muy grande a la que hay que darle tiempo. Tienen que respetarlos”, agregó La Pulga.
Brasil se verá el domingo en el Maracaná con el vencedor del duelo entre Chile y Perú este miércoles en Porto Alegre, mientras que Argentina jugará un día antes por el tercer puesto en Sao Paulo.
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