Junto al estadounidense Bill Bradley es el único jugador de la historia en ganar un anillo de la NBA, una Euroliga y una medalla de oro olímpica.
Manu Ginóbili despidió el 2018 con una huella imborrable en la NBA, dieciséis temporadas, cuatro anillos, además un premio al mejor Sexto Hombre del Año. Estampó su huella eterna como el mejor jugador latinoamericano de la historia de la NBA.
Entre elogios, loas y la nostalgia que solo dejan a su paso los mitos, el de Bahía Blanca dijo adiós al básquetbol a finales de agosto tras haber cumplido su decimosexta campaña en los San Antonio Spurs, el cuadro en el que se convirtió en leyenda.
“No me quedó absolutamente nada (por cumplir). Podría haber ganado algún campeonato más. Algún Mundial. Una liga nacional en Argentina o lo que sea, pero ¿qué cambiaba? Una estrellita más en el currículo. Totalmente irrelevante”, señaló Manu ante los medios con la humildad que siempre lo caracterizó.
“Lo más importante ni siquiera son los campeonatos. Lo más importante son las historias, las experiencias, los amigos, el aprendizaje. El aprendizaje de los buenos momentos y de los malos momentos. Eso es lo que te termina haciendo mejor persona, mejor padre, mejor marido, mejor ciudadano”, agregó.
Los Spurs habían ganado el primer anillo de su historia en 1999, con Tim Duncan y David Robinson. Pero recién con la llegada de Ginóbili se transformaron en dinastía, haciéndose con los títulos en 2003, 2005, 2007 y 2014 y siendo un ejemplo de éxito sostenido en el tiempo.
Manu “Pasará a la historia por su don de gente, competitividad y valentía. Además, en un juego colectivo, marcó una época saliéndose del molde. El legado que deja es de algo que no es común en la NBA, que de por sí es anárquica en su juego: sentimiento de equipo, resignar ego como lo hizo después de ser el mejor de Europa y adaptarse a ser el mejor sexto hombre de la historia de la NBA”, dijo a la AFP el entrenador que lo vio nacer en el baloncesto, Óscar ‘Huevo’ Sánchez.
En la NBA, su impacto fue total: entre los jugadores que han disputado más de 1.000 partidos en la historia de la liga, Manu es el que dejó el mejor balance de victorias y derrotas, con un récord de 762-295 o, lo que es lo mismo, un 72,1% de triunfos a lo largo de su trayectoria.
“(Ha sido) un ejemplo para mí. Deseo a todos los jóvenes jugadores de todos los deportes que tengan a un modelo perfecto como él lo fue para mí. Estoy muy agradecido y me siento muy afortunado de que haya sido mi compañero”, apuntó el base australiano de los Spurs Patty Mills.
El argentino firmó promedios de 13,3 puntos, 3,8 asistencias, 3,5 rebotes y 1,3 robos a lo largo de su carrera con “Las Espuelas”.
Su palmarés es amplísimo: junto al estadounidense Bill Bradley es el único jugador de la historia en ganar un anillo de la NBA, una Euroliga y una medalla de oro olímpica luego de dominar el Viejo Continente con la Virtus de Bolonia en 2001 y liderar a su selección a la presea dorada en Atenas-2004.
Por todo ello, los Spurs anunciaron al principio de la campaña que retirarán la camiseta con el número 20 el 28 de marzo contra los Cleveland Cavaliers, uniéndose a Duncan y a otros siete jugadores como los únicos en tener su casaca retirada en el AT&T Center de San Antonio.
Ginóbili forma parte de una lista exclusiva de siete hombres en haber vestido durante al menos 16 temporadas la elástica de un mismo equipo, compartiendo grupo con Kobe Bryant, Duncan, Reggie Miller, John Stockton, John Havlicek y el alemán Dirk Nowitzki.
“Es una leyenda, un ícono. No va a tener que pagar nunca más por una comida aquí (en San Antonio). Van a hablar de él de la forma en que lo hacen de Robinson y Duncan”, señaló a la AFP Diego Bernal, miembro demócrata de la Cámara de Representantes de Texas.
Los números nunca hicieron justicia a un jugador que no conoció fronteras y cuyo legado en Argentina se sitúa al lado de deportistas atemporales como el exfutbolista Diego Maradona.
Su huella, en la NBA, es imborrable: primero le retirarán su camiseta. Pronto, ingresará en el Salón de la Fama y, entonces, su nombre quedará escrito para siempre junto a los más grandes de la historia.
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