El español, de 33 años, fue número uno en 2008, 2010, 2013 y 2017. Tiene 18 títulos de Grand Slam (12 Roland Garros, 3 US Open, 2 Wimbledon y 1 Abierto de Australia).
Rafael Nadal y Roger Federer disputarán una semifinal el viernes en Wimbledon con sabor a final, que recuerda a su épico enfrentamiento en la final de hace 11 años sobre la hierba londinense, considerado como uno de los mejores partidos de la historia del tenis.
Fue “simplemente el mejor partido que yo haya tenido la suerte de ver”, había dicho sin dudarlo el legendario John Mc Enroe.
Era la tercera final consecutiva que los dos hombres disputaban en Londres. Al cabo de cuatro horas y 48 minutos de un partido de infarto, que se vio interrumpido tres veces por la lluvia, Nadal se impuso en cinco sets (6-4, 6-4, 6-7 (5/7), 6-7 (8/10) y 9-7) cuando la noche empezaba a caer.
Los dos jugadores no se había vuelto a encontrar cara a cara en Wimbledon desde entonces y ahora deberán medirse de nuevo por un paso a la final.
“Volver a encontrarme con él once años después, es especial”, reconoció Nadal. “Representa mucho para mí y probablemente también para él”.
“Jugamos muchos grandes partidos, especialmente aquí en 2007 y 2008”, pero “personalmente el de 2008 fue el que a mí más me marcó”, dijo el español.
En aquella época, los dos tenistas se repartían el mundo: la hierba para Federer y la tierra para Nadal.
Desde entonces se han convertido en dos de los jugadores de más éxito.
El español, de 33 años, fue número uno en 2008, 2010, 2013 y 2017. Tiene 18 títulos de Grand Slam (12 Roland Garros, 3 US Open, 2 Wimbledon y 1 Abierto de Australia).
Primera raqueta en 2004, 2005, 2006, 2007 y 2009, el suizo, de 37 años, suma 20 grandes trofeos (8 Wimbledon, 6 Abierto de Australia, 5 US Open y 1 Roland Garros).
Entre ambos acumularon más de 100 millones de dólares en premios y han escrito buena parte de la historia del tenis.
Pero muchos consideran que la del 6 de julio de 2008 fue su página más trepidante, repleta de drama, giros y golpes magistrales.
Antes de enfrentarse sobre la hierba inglesa, Nadal había derrotado a Federer por un aplastante 6-1, 6-3 y 6-0 sobre la tierra de Roland Garros. Y aquella derrota debía seguir presente en la mente del suizo cuando se enfrentaron dos meses después en Londres.
El tenista de Basilea llevaba cinco años sin perder en Wimbledon y había derrotado al mallorquín en sendas finales en 2006 y 2007.
Pero el español le ganó los dos primeros sets y pese a desperdiciar dos puntos de partido en el cuarto encontró el físico y la mente para imponerse en un largo quinto.
“Lo intenté todo, pero Rafa jugó de forma fantástica”, admitió Federer.
Así, a los 22 años, Nadal se convirtió en el primer español en ganar Wimbledon desde Manolo Santana en 1966 y en el tercer tenista que lograba el mismo año los títulos de Wimbledon y Roland Garros, lo que nadie había conseguido desde el sueco Björn Borg en 1980.
El manacorí lo repitió en 2010 y podría volver a hacerlo este año.
Nadal, que también en la presente edición derrotó a Federer en tres sets en semifinales del Grand Slam francés, reconoce que su juego ha cambiado desde entonces, sobre todo debido a la edad y la necesidad de proteger sus rodillas, especialmente sobre la hierba.
“Corro menos, así que tengo que sacar mejor”, afirma. También “estoy golpeando mejor el revés” y “tal vez voleando mejor, cortando mejor”.
Federer lo reconoce: “Rafa puede hacerle daño a cualquiera en cualquier superficie”.
La gran expectación por el partido entre ambos, el 40º de sus carreras, relegó a un segundo plano la semifinal que disputará el número uno del mundo y vigente campeón, Novak Djokovic, contra el español Roberto Bautista, vigésimotercer cabeza de serie.
El serbio, que busca su quinto título en Wimbledon, llega a la semifinales por novena vez mientras que esta es la primera para Bautista, de 31 años, en un Grand Slam.
Pero el castellonense le ha vencido dos veces este año, en Doha y Miami, tiene muchas ganas, un juego muy sólido y nada que perder.
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