La barrera coral de Belice, la segunda más grande del mundo y tesoro caribeño de biodiversidad, salió de la lista de patrimonio mundial en peligro en la que estuvo casi una década, anunció este martes la UNESCO en Manama.
El organismo mundial consideró que las medidas de conservación adoptadas por las autoridades de Belice, en particular el establecimiento de una moratoria sobre la exploración petrolera en toda su zona marítima y el fortalecimiento de la reglamentación para la protección de los manglares, justificaron su salida de la lista.
“Felicitaciones a Belice por este gran logro”, dijo la presidente del Comité de patrimonio de la Unesco, Sheikha Haya Rashed Al Khalifa, tras la aplaudida decisión, adoptada en la reunión anual de esa entidad realizada en Baréin.
En un comunicado, la oenegé de protección del medio ambiente WWF saludó la decisión como “un momento crítico para la conservación de las especies marinas y un giro espectacular: hace apenas 18 meses, uno de los ecosistemas más diversos del mundo se veía amenazado por la prospección sísmica petrolera”.
Sumergida en las cristalinas aguas turquesa del Caribe beliceño, la barrera de corales es uno de los mayores ecosistemas marinos del Atlántico. Es la segunda barrera de coral más grande del mundo y solo es menor en tamaño a la que existe en Australia.
Se extiende por 380 kilómetros en la costa del país centroamericano, es hogar para unas 1.400 especies de fauna y es uno de los ecosistemas marinos con mayor diversidad en el mundo.
Al mismo tiempo, es vital para la industria turística de Belice pues deja unos 37 millones de dólares anuales al país y emplea al 20% de la población.
“Somos conscientes de que uno de nuestros mayores logros son los recursos naturales, piedra angular de nuestra economía nacional y elemento fundador de nuestra identidad”, dijo en Manama Patrick Faber, vice primer ministro de Belice.
Se ha convertido en un gran atractivo especialmente para los aficionados al buceo, a los que pacientes guías locales conducen hasta la barrera y les enseñan cómo comportarse para apreciarla sin dañarla.
Belice carecía de mayores leyes en materia de protección ambiental, lo que llevó en 2009 a la UNESCO a declarar a la barrera coralina, Patrimonio Mundial de la Humanidad desde 1996, en peligro.
La llamada de atención también alcanzó sus manglares, criadero de peces que luego son integrados al arrecife y que estaban desapareciendo frente al cemento del desarrollo urbanístico indiscriminado.
Para convencer a la UNESCO, el gobierno beliceño hizo gala de una moratoria indefinida a las explotaciones petroleras en mar abierto votada en 2017 por el Parlamento.
Los primeros en pujar por la moratoria fueron ambientalistas que en 2012 realizaron un referéndum informal en el que 96% de la población se manifestó en contra de la prospección petrolera en alta mar.
De esta forma, la barrera de coral de Belice mantiene el estatus de Patrimonio Mundial de la Humanidad que adquirió en 1996.
El Comité del Patrimonio Mundial se encuentra reunido hasta el 3 de julio en Manama, Baréin.
Examina 30 nuevas candidaturas de sitios que aspiran a convertirse en Patrimonio de la humanidad, incluido El Valle de Tehuacán-Cuicatlán en México, la ciudad califal de Medina Azahara en España y el Parque Nacional de Chiribiquete en Colombia.
Con información de: © Agence France-Presse