Rusia llevó a cabo el sábado los bombardeos más "intensos" sobre la provincia siria de Idlib, último bastión rebelde del país en guerra, mientras que el régimen de Damasco lanzó barriles de explosivos, indicó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.
El régimen sirio lanzó el sábado barriles de explosivos sobre la provincia de Idlib, al noroeste del país, mientras que su aliado ruso efectuó cerca de 60 bombardeos en la zona.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) señaló que los bombardeos rusos dejaron al menos cuatro civiles muertos, entre ellos dos niños.
Rusia apoya al régimen de Bashar al Asad en su lucha contra los yihadistas de Hayat Tahrir al Sham, la exrama siria de Al Qaida que controla el 60% de Idlib.
En tanto, en la ciudad de Qamishli, al noreste de Siria, un enfrentamiento entre fuerzas del régimen sirio de la policía kurda dejó al menos 18 muertos, 11 de las fuerzas de Asad y siete entre los kurdos, aseguraron el Observatorio y las fuerzas kurdas.
Este recrudecimiento de la violencia se produce un día después del fracaso de una reunión de los presidentes de Rusia, Irán y Turquía, en la que buscaban una solución al conflicto en Idlib, el último bastión antirrégimen que está casi totalmente fuera del poder de Damasco.
Desde el jueves, cientos de civiles comenzaron a huir de la zona ante el temor de una ofensiva militar a gran escala, la cual según la ONU, podría dejar hasta 800.000 desplazados.
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