La oenegé Human Rights Watch presentó el jueves un informe en el que denuncia que las mujeres norcoreanas son víctimas de acoso y abuso sexual de parte de policías y otros funcionarios, y aseguró que quienes cometen estos actos gozan de una impunidad casi absoluta.
Las mujeres norcoreanas son víctimas de acoso y abusos sexuales por parte de policía y otros representantes de los servicios estatales que benefician de una impunidad casi total, según un informe publicado este jueves por una ONG.
Human Rights Watch basa su investigación en entrevistas a 54 tránsfugas norcoreanos y describe situaciones de violaciones y otros abusos perpetrados por el personal de seguridad, como guardias fronterizos, pero también por civiles en puestos de autoridad.
La ONU acusa a este hermético país, profundamente jerarquizado y patriarcal, de abusos generalizados en materia de derechos humanos.
Entre las personas que desertaron, muchas son mujeres, porque tienen más libertad de movimiento al no ocupar puestos de funcionariado, que suelen estar en manos de hombres.
Los norcoreanos que huyen a China pero son detenidos en su intento sufren una represalias muy duras, entre ellas la tortura. Para las mujeres se suman los abusos sexuales, según esta ONG con sede en Estados Unidos.
Relata una víctima, de unos treinta años, que fue encarcelada en un centro de detención en la frontera.
Es un secreto a voces que los contrabandistas, entre los que también hay muchas mujeres, que transportan mercancías en la frontera con China para venderlas en los mercados privados, tienen que pagar, con sobornos o favores sexuales, a toda una serie de intermediarios, según HRW.
Entre los que cometen estos abusos figuran gerentes de empresas públicas, guardias de seguridad en los mercados o en los puestos de control, pero también “policías, magistrados, soldados o revisores de trenes”.
El líder norcoreano es el tercero de la dinastía que dirige Corea del Norte, donde el Estado policial es omnipresente y no se tolera la disidencia. Las autoridades controlan los medios y el movimiento mundial de #MeToo contra los abusos sexuales pasó totalmente desapercibido.
Según los datos suministrados por Pyongyang a la ONU, cinco personas fueron condenadas por violación en 2015. Las autoridades norcoreanas aseguran que garantizan “auténticos derechos humanos”, argumentando que Occidente no tiene la potestad de imponer sus normas a todo el planeta.
Otra víctima explica que un policía la violó tras tenerla tres días sin comida en una habitación a oscuras, en un centro de detención en la frontera.