La diplomacia estadounidense tiene un nuevo jefe: el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, despidió el martes a Rex Tillerson, que será reemplazado como secretario de Estado por el actual director de la CIA.
La diplomacia estadounidense tiene un nuevo jefe: el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, despidió el martes a Rex Tillerson, que será reemplazado como secretario de Estado por el actual director de la CIA, Mike Pompeo.
Después de meses de rumores sobre una salida señalada mil veces como inminente, un tuit selló el destino del exdirector ejecutivo de ExxonMobil, que luchó para encontrar su lugar en Washington y mantiene una relación difícil con el inquilino de la Casa Blanca.
“Mike Pompeo, director de la CIA, se convertirá en nuestro nuevo secretario de Estado. ¡Hará un trabajo fantástico!”, tuiteó Trump. “¡Gracias Rex Tillerson por sus servicios!”, agregó.
El presidente también anunció la nominación de Gina Haspel como directora de la CIA, la primera mujer elegida para el puesto. La designación es controvertida: Haspel, una espía experimentada, es señalada de participar en torturas a detenidos tras los ataques del 11 de septiembre.
La Casa Blanca destacó el deseo del presidente de tener un nuevo equipo al entablar negociaciones históricas con Corea del Norte. Trump aceptó la semana pasada una invitación del líder norcoreano Kim Jong Un a una reunión para fines de mayo para discutir la desnuclearización de la península coreana, cuya fecha y lugar aún no se han determinado.
Irónicamente, a principios de octubre, el mandatario estadounidense había denostado públicamente a Tillerson por querer iniciar un acercamiento con Corea del Norte. “Está perdiendo su tiempo intentando negociar”, tuiteó entonces Trump. “¡Conserva tu energía Rex, haremos lo que deba hacerse!”.
Consultado sobre las razones de la salida de Tillerson, el presidente mencionó desacuerdos, entre ellos sobre el problema nuclear iraní.
“Rex y yo (…) nos llevamos bastante bien, pero discrepamos en cosas”, dijo. “El acuerdo con Irán pensé que era terrible, él pensó que estaba bien. Yo quería romperlo o hacer algo, él se sentía un poco diferente. Entonces, realmente no estábamos pensando lo mismo”.
“Creo que Rex será mucho más feliz ahora”, agregó.
Gracias a todos menos a Trump
En un breve discurso de despedida, Tillerson, que tuvo palabras de agradecimiento para todos menos para Trump, reveló que dejará su puesto el 31 de marzo, pero dijo que hasta entonces delegará sus funciones al subsecretario John Sullivan.
En su declaración, en la que celebró los frutos de la presión de la comunidad internacional sobre Corea del Norte, el saliente secretario de Estado también advirtió sobre el “comportamiento y las acciones preocupantes del gobierno ruso”.
Tillerson, que estaba de gira por África cuando Trump decidió aceptar la semana pasada la invitación para reunirse con Kim, suspendió su agenda por estar “indispuesto” y regresó el martes antes del amanecer a Washington.
Un alto funcionario del Departamento de Estado dijo que Tillerson no había hablado con el presidente, ni sabía el motivo de su despido anunciado en Twitter.
“El secretario tenía toda la intención de quedarse debido al progreso tangible logrado en cuestiones críticas de seguridad nacional”, dijo el subsecretario de Estado Steve Goldstein, quien tras estos comentarios también fue despedido.
“Espero descansar un poco”, dijo a AFP.
Goldstein había dicho a periodistas que Tillerson no esperaba ser destituido, en tanto Trump había declarado que la decisión era de mutuo acuerdo.
Durante su gestión, Tillerson se vio muchas veces forzado a negar que se había peleado con Trump, y prometió permanecer en el cargo a pesar de trascendidos de que alguna vez calificó al presidente de “imbécil”.
Como jefe de la diplomacia estadounidense enfrentó muchos desafíos, desde la amenaza nuclear de Corea del Norte hasta problemas con Rusia y supuestos ataques contra diplomáticos estadounidenses en Cuba.
Pero sus esfuerzos a menudo fueron eclipsados por el estilo poco diplomático de Trump y sus tuits burlones que provocaron tensiones internacionales.
Trump elogió la “tremenda energía” y el “tremendo intelecto” de Pompeo, un exoficial del ejército estadounidense y congresista que dirigió la Agencia Central de Inteligencia (CIA) desde enero de 2017, considerándolo como “la persona adecuada para el trabajo en este momento crítico”.
“Continuará nuestro programa de restaurar la posición de Estados Unidos en el mundo, fortalecer nuestras alianzas, enfrentar a nuestros adversarios y buscar la desnuclearización de la península coreana”, dijo.
La embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Nikki Haley, celebró la noticia. “Excelente decisión del presidente”, dijo, felicitando a su “amigo” Pompeo sin decir una palabra sobre Tillerson.
Aaron David Miller, un exdiplomático especializado en Medio Oriente, no ocultó su asombro. “Después de haber trabajado con media docena de secretarios de Estado, pensé que había visto casi todo en términos de intriga burocrática y telenovela política”, escribió en un artículo publicado en el sitio web de CNN.
“Bueno, bienvenido a Trumpland”, dijo Miller, destacando el “humillante” despido de Tillerson a través de las redes sociales.