Estados Unidos comenzó este martes a devolver a México a migrantes que cruzaron su frontera sur para pedirle asilo, una nueva estrategia del presidente Donald Trump para obligarles a esperar fuera de su territorio su cita con un juez estadounidense.
“A partir de hoy, los Estados Unidos comenzaron a implementar los Protocolos de Protección a Migrantes”, indica un comunicado de la embajada de Washington en México, por lo cual “algunos individuos que llegaron o entraron a los Estados Unidos por México -de manera ilegal o sin la documentación adecuada- podrán ser retornados a México durante la duración de sus juicios migratorios”.
Este plan no aplica para ciudadanos mexicanos.
El primer migrante retornado fue un hondureño de 55 años llamado Carlos Gómez, indicó la secretaría de Gobernación.
Portaba una gorra y mochila azul cuando fue recogido por personal del Instituto Nacional de Migración (INM)de México.
“Vengo cansado(…) Voy a un lugar afuera de aquí de Tijuana”, una ciudad mexicana que colinda con la estadounidense San Diego, se limitó a decir Gómez a la prensa, frente a una garita fronteriza donde realizó sus trámites.
México dijo en días pasados que “no coincide con la medida unilateral”, pero accedió “por razones humanitarias y de manera temporal” a recibir a los extranjeros que expulse Estados Unidos, siempre que “hayan recibido un citatorio para presentarse ante un juez migratorio” estadounidense.
En noviembre pasado, una multitudinaria caravana de miles de centroamericanos -principalmente familias con niños- llegó a Tijuana con la intención de cruzar la frontera hacia Estados Unidos, donde buscan iniciar una vida lejos de la pobreza y violencia en sus países.
Desde entonces, otras caravanas han emprendido su viaje hacia el sueño americano.
Rodulfo Figueroa, titular de la oficina de representación del INM en Baja California, el estado en que se encuentra Tijuana, dijo que el hondureño Gómez “tenía condición de estancia en México”, es decir una tarjeta de visitante por razones humanitarias con vencimiento en 2019, y que fue conducido a un albergue cuya localización no se divulgará por seguridad.
“Estamos tomando una decisión unilateral también de recibir a las personas que tienen condición de estancia en México, son decisiones unilaterales, soberanas de ambos países y en ese contexto estamos trabajando”, explicó.
Gómez llegó a México con la primera gran caravana y aparentemente cruzó la frontera estadounidense en noviembre. Hasta ahora, es el único demandante de asilo en Estados Unidos que ha sido devuelto a México.
“Es una idea horriblemente mala el implementar esta medida”, estimó Melissa Crow, una activista de la ONG estadounidense Southern Poverty Law Center.
“No es seguro para muchos (migrantes) si no es que para la mayoría, esperar en México. Muchos de ellos están huyendo de la violencia de los cárteles o abuso doméstico”, y estos fenómenos “no conocen los límites nacionales”, argumentó.
Además, las condiciones en los albergues de los migrantes en México “se han convertido efectivamente en desastre humanitario”, mientras que el tiempo de espera para ellos será de meses, asegura Crow.
Washington justificó su nueva estrategia “en respuesta a la crisis de migración ilegal que encara” Estados Unidos, argumentando que a lo largo de los últimos cinco años se ha registrado un incremento de 2 mil por ciento de solicitudes de asilo.
“Muchos potenciales migrantes saben que solicitar asilo les da una oportunidad de permanecer en los Estados Unidos incluso si no tienen un argumento válido para el asilo. La mayoría de estos argumentos no cumplen con los requisitos necesarios. De hecho, nueve de cada diez solicitudes de asilo son rechazadas por un juez migratorio”, explicó la embajada.
Trump, con su conocido discurso antiinmigrante, calificó las caravanas centroamericanas de “invasión” a su país y desplegó una serie de amenazas para repelerlas y calmar a su base electoral republicana.
Además de reiterar en Twitter que no permitiría la entrada a los centroamericanos e insistir en la costosa construcción de una nueva muralla fronteriza, desplegó miles de soldados en su frontera sur, quienes reforzaron con entramados de púas el muro fronterizo e hicieron demostraciones de fuerza con gases lacrimógenos.
Con la nueva estrategia, los migrantes que entren a Estados Unidos serán procesados por autoridades migratorias, se les dará una notificación para presentarse a una audiencia en una corte migratoria, y regresarán a México durante el tiempo que dure el proceso.
Aquellos cuyos argumentos sean determinados como válidos por jueces estadounidenses recibirán estatus de asilo y podrán permanecer en Estados Unidos, y los que carezcan de argumentos válidos serán repatriados a sus países de origen.
Hasta ahora, los solicitantes de asilo podían esperar su audiencia estando en libertad en Estados Unidos, y muchos de ellos se esfumaban en el país sin atender la cita.
Con información de: AFP