El gobierno estadounidense quiere reducir sus exportaciones de tecnologías sensibles, incluidas las necesarias para el desarrollo de inteligencia artificial, por razones de seguridad nacional.
En un contexto de fricciones comerciales con China, acusada por Donald Trump de “robo” de propiedad intelectual estadounidense, el Departamento de Comercio propuso esta semana controlar las ventas de “varias tecnologías emergentes que son necesarias para la seguridad nacional de Estados Unidos”.
Según la misma fuente, estas técnicas de inteligencia artificial incluyen la “red neuronal”, el “deep learning” (o “aprendizaje profundo”), el procesamiento automático del lenguaje natural o la asistencia virtual.
La inteligencia artificial, que puede utilizarse con fines militares, es el elemento clave de varios productos informáticos comercializados por empresas estadounidenses: objetos conectados, vehículos autónomos, teléfonos inteligentes, entre otros.
Washington quiere “evitar” que la transferencia de estas tecnologías “tenga un impacto negativo en el liderazgo de Estados Unidos en lo científico, tecnológico, industrial y de ingeniería”, según la nota publicada el lunes en el periódico oficial.
Pero poner fin a esas exportaciones sería contraproducente para Donald Trump y su gobierno, según Daniel Castro, vicepresidente de Information Technology and Innovation Foundation, un grupo de expertos con sede en Washington.
“Otros países pueden tomar medidas similares”, explicó. “Esto significará que las empresas estadounidenses se verán privadas de ciertos mercados”, agregó, recordando la necesidad de “colaboración internacional en la investigación de tecnologías emergentes”, incluso con China.
Con información de: © Agence France-Presse