El presidente de El Salvador, Salvador Sánchez Cerén, anunció la noche del lunes el establecimiento de relaciones con China, lo que implica una nueva derrota diplomática para Taiwán.
“Anuncio que mi gobierno ha tomado la decisión de romper las relaciones diplomáticas mantenidas hasta este día entre la República de El Salvador y Taiwán, y establecer relaciones diplomáticas con la República Popular China”, declaró el mandatario en cadena nacional de radio y televisión.
El mandatario dijo que para formalizar las relaciones con China, viajó a Pekín el canciller Carlos Castaneda junto al primer designado a la presidencia Medardo González para hacer el anuncio oficial.
En Pekín, los ministros de Relaciones Exteriores salvadoreño y chino firmaron el documento que establece las relaciones diplomáticas entre sus países, en una habitación decorada con las banderas de China y del pequeño Estado de América Central.
En la Casa de Huéspedes Diaoyutai, el canciller chino Wang Yi celebró la decisión de El Salvador de “reconocer que hay una sola China en el mundo”.
Por su lado, Castaneda dijo que su país había tomado “una decisión estratégica”.
Sánchez Cerén justificó en su mensaje que “China es la segunda economía del mundo, en permanente crecimiento, y los desarrollos logrados en diversos campos le permiten posicionarse entre los países más exitosos”.
“Estamos convencidos que este es un paso en la dirección correcta, que corresponde a los principios del derecho internacional, de las relaciones internacionales y a las tendencias ineludibles de nuestra época”, destacó el gobernante, confiado que el paso dado traerá “grandes beneficios” para el país insistió.
China y Taiwán están dirigidas por regímenes rivales desde el final de la guerra civil en 1949. La isla goza de un gobierno autónomo, pero jamás declaró su independencia.
Pekín siempre la ha considerado como una de sus provincias. Por ello se niega a reconocer su soberanía y prohíbe a sus socios mantener relaciones diplomáticas con Taipéi, en nombre del principio de “una sola China”.
Sánchez Cerén dijo que basó su decisión luego de realizar “consultas con diferentes sectores” del país y en virtud de la declaración 2758 de la Asamblea General de la ONU que “reconoce la existencia de una sola China” y que Taiwán forma parte “inalienable del territorio chino”.
Además indicó que este mismo lunes le informó a Taiwán de la decisión adoptada.
Poco antes de las declaraciones del presidente salvadoreño, Taiwán había anunciado la ruptura de sus vínculos diplomáticos con El Salvador, ante el inminente establecimiento de las relaciones entre Pekín y el país centroamericano.
El ministro taiwanés de Relaciones Exteriores, Joseph Wu, lamentó las “acciones brutales” de China, al comunicar la decisión de Taipéi.
Agregó que Taipéi “no se involucrará en la diplomacia del dólar con China”, y agregó que El Salvador había estado pidiendo “fondos enormes” para financiar un proyecto de desarrollo portuario, que Taiwán no estaba dispuesto a dar porque dejaría a ambos países endeudados.
Pekín ha utilizado su peso económico para quitar el apoyo internacional para la isla de gobierno democrático, que apenas cuenta con 17 aliados en el mundo.
El Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN, exguerrilla de izquierda), que gobierna en El Salvador, se “congratuló” en un comunicado de la decisión “soberana de dos naciones hermanas y auguramos que esta relación será amplia, fructífera y mutuamente beneficiosa”.
No obstante, el presidente de la Asamblea Legislativa de El Salvador, Norman Quijano, comentó en su cuenta en Twitter que “la ruptura de relaciones diplomáticas con Taiwán es una noticia de fuerte impacto en la comunidad internacional”.
“Esta es una traición para un país amigo, lamentamos, condenamos esta actitud de un gobierno impopular como el de Sánchez Cerén. Esto va a tener graves repercusiones”, remarcó Quijano, de la opositora Alianza Republicana Nacionalista (Arena, derecha).
Con información de: cmm/yow-gm/yow/pb/zm© Agence France-Presse