Esta es la historia de la travesía de una familia de migrantes hondureños que lucha por su objetivo de lograr el denominado sueño americano.
Se trata de Rolando Rodrigo, un hondureño que junto a su esposa e hijos permanecen en Tapachula, México, a donde llegaron luego de haber cruzado por el volcán Tacaná, en la frontera con Guatemala y así evadir la vigilancia contra el paso de migrantes en el fronterizo río Suchiate.
Ante los mayores controles aplicados por México para frenar el flujo migratorio, esta familia hondureña considera posponer por un tiempo su recorrido hacia el denominado “sueño americano”.
Rodrigo deambula con su hijo de 3 años por la plaza central de Tapachula, donde pide dinero para comer, esto lo hace horas después de que los jefes diplomáticos de Estados Unidos y México estrecharan sus manos para celebrar “avances” para frenar la migración ilegal hacia el norte.
Rodrigo de 29 años, llegó apenas el viernes 19 de julio a México junto a su esposa Miriam y sus dos hijas menores.
Evitar el paso por el río Suchiate fue uno de los retos, debido al despliegue de seguridad lanzado por las autoridades locales contra los migrantes indocumentados.
Los Rodrigo cruzaron por la zona del Tacaná, un volcán de más de cuatro mil metros de altura, justo sobre la frontera con Guatemala, cuya geografía escarpada y boscosa le ha ganado el apelativo de la Suiza chiapaneca.
Rolando aseguró que pasaron “sin nada de problemas” con la Guardia Nacional u otros agentes de seguridad.
“Como uno conoce bien el camino, entonces uno se la sabe jugar también”, dice con leve altivez.
Rolando y su familia no solo tuvieron que cambiar el fácil cruce del Suchiate por una travesía entre empinadas y neblinosas montañas, sino también el terco sueño de llegar hasta el país del Tío Sam… al menos por ahora.
“Se está poniendo más difícil porque hay tantos agentes de migración. Con mi esposa lo hemos pensado que queremos estar aquí por lo menos unos dos años”, confiesa este joven padre, de ojos de peculiar color turquesa, que sabe reparar computadoras.
Desde finales de junio, agentes migratorios, militares y policías controlan permanentemente al menos nueve puntos habituales de acceso por el río Suchiate, frontera natural entre México y Guatemala, haciendo casi imposible lo que antes era un desplazamiento sencillo y cotidiano.
Con información de AFP