La justicia peruana dictó el miércoles prisión preventiva para la poderosa líder acusada de recibir aportes ilegales de la brasileña Odebrecht.
Keiko Fujimori fue trasladada el jueves a una cárcel de Lima. Un día después que la Justicia le impusiera prisión preventiva por 36 meses, acusada de recibir aportes ilegales de la brasileña Odebrecht, informó el Instituto Nacional Penitenciario.
Keiko, de 43 años, fue recluida en el Establecimiento Penitenciario de Mujeres de Chorrillos, en el sur de la capital peruana, tras la decisión de un tribunal el miércoles.
A su salida de la celda del Palacio de Justicia donde pasó la noche en una bolsa de dormir, Fujimori salió sonriente y con las manos esposadas, según imágenes de televisión.
Tras el anuncio del juez, Keiko abrazó a su marido, Mark Vito Villanella, a quien le corrían las lágrimas, antes de ser conducida a prisión por varios agentes de policía.
Al acoger un pedido de un fiscal anticorrupción, el juez Richard Concepción Carhuancho impuso prisión preventiva por 36 meses a la primogénita del expresidente Alberto Fujimori, cuyo partido controla el Congreso pero ahora enfrenta una crisis interna que puede derivar en quiebre.
El magistrado indicó que existía la “sospecha grave” de que Keiko dirigía una “organización criminal de facto que se ha enquistado dentro del partido” fujimorista, que blanqueaba dinero de origen ilícito.
El juez afirmó que esa “organización criminal” integrada por 13 personas tomaba las decisiones en el partido fujimorista, “por encima del comité político” y de la bancada parlamentaria.
La meta de la organización era “acceder al poder político y una vez en el poder cometer delitos de corrupción”, expresó Carhuancho, quien ahora debe resolver pedidos de prisión para otros 10 imputados en la misma causa. La audiencia seguirá el lunes.
El juez Carhuancho basó su fallo contra Keiko en la “autoría mediata”, del jurista alemán Claus Roxin, la misma que antes invocó la justicia para condenar a su padre.
Fuente: AFP