Los candidatos latinos en las elecciones de mitad de mandato en Estados Unidos lograron un récord de bancas en el Congreso y en cargos estatales, aumentando la representación política de la principal minoría del país y consolidándose como opositores al presidente Donald Trump.
El 116º Congreso de Estados Unidos, que asumirá el próximo 3 de enero, tendrá el mayor número de hispanos de su historia, la mayoría del partido Demócrata, que arrebató el control de la Cámara de Representantes al gobernante partido Republicano, indicaron expertos.
En la Cámara baja habrá 37 miembros de origen latino, tres más que ahora, según datos del Fondo Educacional de la Asociación Nacional de Funcionarios Latinos Electos y Designados (NALEO en inglés) y medios de comunicación.
En el Senado, donde Trump conservó la mayoría, los dos latinos que defendían su banca, el demócrata Bob Menéndez de Nueva Jersey y el republicano Ted Cruz de Texas, las retuvieron. Así, junto a Marco Rubio (R-Florida) y Catherine Cortez-Masto (D-Nevada), los hispanos en la Cámara alta seguirán siendo cuatro.
Los latinos que competían por cargos ejecutivos estatales en 36 estados también superaron su marca actual, pasando de 13 a 14, dijo NALEO, que destacó la representación hispana creciente en todo el país, más allá de centros tradicionales de población latina, como Texas, California y Florida.
“Ya no existe un distrito latino o no latino”, dijo Arturo Vargas, director del Fondo Educacional de NALEO.
De los 59 millones de hispanos en Estados Unidos (18% de la población total), 29 millones eran elegibles para votar, según el centro de investigación Pew.
NALEO esperaba un aumento de 15% del voto latino frente a los comicios de mitad de mandato de 2014, pero aunque reportes de prensa señalaron una mayor afluencia, aún no se divulgaron cifras finales de participación.
“Los latinos hicieron historia. Nunca antes nuestra voz en las urnas se había escuchado más fuerte y claramente”, dijo Domingo García, presidente de Liga de Ciudadanos Latinos Estadounidenses (LULAC).
Los latinos no votaron necesariamente a latinos, sin embargo. En zonas de Texas, por ejemplo, Cruz fue vencido por la estrella demócrata en ascenso Beto O’Rourke, duro crítico de la política anti-inmigración de Trump.
“Los resultados de las elecciones de medio mandato muestran un claro rechazo de la política del odio”, dijo UnidosUS, la mayor organización hispana de defensa de los derechos civiles del país, destacando que el voto latino contribuyó a que los demócratas recuperaran la mayoría en la Cámara baja.
“Los datos son bastante claros: la ira de los latinos hacia la administración Trump está en su punto más alto”, dijo Matt Barreto de Latino Decisions, líder en encuestas de opinión pública de hispanos.
La mayoría de los latinos en el próximo Congreso estadounidense serán opositores a Trump. Los latinos demócratas pasarán de 27 a 32 en la Cámara baja y seguirá habiendo dos senadores latinos demócratas (Menéndez y Cortez-Masto).
En la Cámara de Representantes, los republicanos latinos serán cinco, dos menos que hasta ahora, a los que se sumarán además los senadores latinos republicanos Rubio y Cruz.
En cargos ejecutivos, los latinos demócratas también superaron a los latinos republicanos. De los 14 electos, solo tres (en Florida, Texas y Utah), responden al partido de Trump.
Según encuestas a boca de urna, 68% del voto latino fue para los demócratas y 30% para los republicanos, por encima sin embargo del 28% que cosechó Trump hace dos años.
De los tres latinos que competían por gobernaciones, todos demócratas, solo una lo logró: la actual congresista Michelle Luján Grisham, que sucederá en Nuevo México a la republicana Susana Martínez, primera hispana electa gobernadora en Estados Unidos.
Era difícil para David García, el primer latino que competía en Arizona en décadas, y para Lupe Valdez en Texas, ya que ambos enfrentaban a gobernadores que buscaban la reelección.
En Florida, fue electa vicegobernadora la republicana Jeanette Nuñez, primera latina en ocupar ese puesto en el estado.
Otros latinos también hicieron historia.
El próximo Congreso tendrá tres mujeres más con respecto al saliente, y una de ellas, la demócrata de Nueva York Alexandria Ocasio-Cortez, de apenas 29 años, se convirtió en la integrante más joven.
Las demócratas Verónica Escobar y Sylvia García serán las primeras texanas en ingresar a la Cámara baja estadounidense, en tanto el exjugador de football americano Anthony González, republicano, se alzó como el primer representante latino de Ohio.
En Florida, la demócrata Debbie Mucarsel-Powell, nacida en Ecuador, le ganó la banca al republicano crítico de Trump Carlos Curbelo.
En el sur de la Florida, otro asiento republicano fue a parar a manos demócratas, cuando María Elvira Salazar perdió la curul que desde 1989 ocupa la emblemática republicana Ileana Ros-Lehtinen, la primera cubana-estadounidense elegida al Congreso, que se retira.
Salazar fue derrotada por la demócrata Donna Shalala
También hizo titulares Mónica Martínez, nacida en El Salvador, que integrará el Senado estatal en Nueva York.
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