Un maniquí hiperrealista, manipulado a distancia por los profesores, es el primer paciente de estudiantes de odontología
¿Tiene miedo de caer en las manos de un dentista inexperto?
Estudiantes se preparan para salir al mercado laboral en Francia. Su paciente en la Universidad de Estrasburgo es un maniquí hiperrealista.
La Facultad busca que la primera práctica no sea con un paciente de carne y hueso, pero que la experiencia sea lo más realista posible
El maniquí respira, parpadea, suda o habla, según quiera el profesor
En escenarios más delicados, puede gritar de dolor, sangrar o vomitar, el maniquí es fabricado por la empresa noruega Laerdal Medical y cuesta 70.000 euros.
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