Ciudad Guatemala
“Hay algunos que intentaron suicidarse por mí y por las cosas que dije”, externó McKrae Game, quien daba terapias a homosexuales, pero ahora se declaró gay.
Game, el impulsor de uno de los centros de terapia de reorientación sexual más grandes de EE. UU. se declaró homosexual.
Infobae citó que el objetivo de la terapias era convencer y culpar a las personas por su preferencia supuestamente incorrecta.
“Era un fanático religioso que hirió a la gente. Hay algunos que intentaron suicidarse por mí y por las cosas que dije. Gente que conozco está en terapia ahora por mí”, manifestó Game al periódico Post and Courier.
Según Infobae, McKrae Game fue uno de los fundadores de una red basada en Carolina del Sur que promete “recursos para descubrir una forma de salir de la homosexualidad” e ir hacia “el diseño de Dios”.
Sus métodos de terapias han sido criticados y denunciados, ahora son prohibidas en 18 de los 50 estados, aunque Game estaba convencido de que hacia lo correcto al luchar contra las identidades LGBTQ.
Dos años después de haber sido despedido por la organización, Game, de 51 años, dijo que decidió revelar que es homosexual porque tenía miedo de que alguien contará su identidad que ocultaba.
“Luché mucho tratando de negar mi atracción por los hombres, ahora soy capaz de aceptar mis deseos y decir abiertamente que soy un hombre gay. Ahora, después de 26 años de sufrimiento, tengo más paz que nunca”, agregó Game a The Post and Courier.
De acuerdo con una publicación de La Opinión, en 1999 Game comenzó el Ministerio de la Verdad que más tarde fue rebautizado como Esperanza de Plenitud en Carolina del Sur.
Recibió asesoría cuando era joven en su intento de superar su atracción por los hombres, pero finalmente se casó con una mujer para reprimir sus sentimientos, según afirmó su esposa, Julie, quien era “comprensiva”.
La Opinión añadió que Game admitió que la terapia de conversión de conversión es una mentira; además, es muy dañina, especialmente cuando se lleva al extremo y se marcan metas para esperar que suceda el cambio.
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