Miembros de una caravana de migrantes, principalmente compuesta por hondureños, llegaron este domingo a un albergue ubicado en un campo deportivo en Ciudad de México, mientras que otros integrantes se reagruparon en la cercana ciudad de Puebla, a unos 120 kilómetros de la capital.
“Este éxodo va a entrar en diferentes olas a la ciudad, es decir, ahorita tenemos 470 personas aquí”, dijo en conferencia de prensa Nashieli Ramírez, directora de la Comisión de Derechos Humanos de la capital mexicana.
Ramírez dijo que en el transcurso del día llegará otro contingente de 1.000 personas, por lo que el lunes unos 1.500 migrantes estarán en el albergue.
Agregó que entre martes y miércoles arribará la última parte de la caravana, de al menos 3.000 personas. “Estamos hablando de alrededor de 5.000 personas que el miércoles estarían instalados en esta ciudad”.
La caravana, que partió el 13 de octubre de Honduras huyendo principalmente de la violencia y la falta de oportunidades, busca pedir en Ciudad de México documentos para poder transitar en territorio mexicano hasta la frontera con Estados Unidos.
En el campo deportivo varios migrantes descansaban mientras otros comían.
“Se siente emocionante (estar en Ciudad de México) porque tanta gente, la atención que nos han brindado. Gracias al pueblo mexicano por todo el apoyo”, dijo Teodoro Josué, un migrante hondureño de 21 años que llegó en la mañana a la capital.
“El clima nos ha afectado bastante porque hemos venido todos con gripe; el clima nos ha afectado, pero no importa, vamos a hacer la lucha”, agregó.
Mientras tanto, los dos principales albergues previstos por la iglesia católica en la ciudad de Puebla recibieron a numerosos grupos de migrantes, que llegaban en saturadas camionetas, camiones de volteo, autobuses de la Policía Estatal y en taxis.
Los anfitriones celebraron haber tomado previsiones desde días atrás, pues Puebla fue incluida en la ruta migrante prácticamente a última hora, luego de que el gobierno del vecino estado de Veracruz cancelara un ofrecimiento de camiones para trasladar a los integrantes de la caravana.
El gobierno de Puebla dispuso unidades de salud, además de que paramédicos de la Cruz Roja y algunos médicos voluntarios se sumaron a la atención de los enfermos.
Los albergues distribuyeron alimentos y bebidas calientes, lo que se repetía la mañana del domingo durante el desayuno.
Los cerca de 2.000 migrantes centroamericanos de una segunda caravana partieron esta mañana del municipio de Pijijiapan hacia Arriaga, en el sureño estado de Chiapas. Se trata del último punto antes de ingresar al vecino estado de Oaxaca.
La Policía Federal y elementos de Protección Civil acompañan al grupo para controlar el tráfico vehicular.
A diferencia de la primera caravana, esta vez, los habitantes de los ejidos de Pijijiapan y Tonalá no salieron a recibir a los centroamericanos con agua y comida.
Una mujer contó que con el primer grupo, la población se preparó con alimentos, agua y ropa, pero “mucha comida se quedó, porque los centroamericanos pasaron en carro”.
Por su parte, el tercer grupo de migrantes, de mayoría salvadoreña, llegó este domingo a la ciudad de Tapachula, en Chiapas.
Los contingentes de migrantes suelen concentrarse en los plazas centrales de cada municipio para descansar y pasar el día y continuar al siguiente día su camino al norte del país, buscando llegar a Estados Unidos.
El presidente estadounidense, Donald Trump, ha amenazado con movilizar hasta 15.000 efectivos a la frontera con México para impedir el paso de los migrantes.
Con información de: str/yug/cd© Agence France-Presse