Atacante murió al hacer explotar el vehículo en el que se encontraba cuando las autoridades se disponían a arrestarlo.
Un hombre blanco de 24 años, buscado como presunto autor de los atentados con bomba en Austin, Texas, murió en la madrugada del miércoles al hacer explotar el vehículo en el que se encontraba cuando las autoridades se disponían a arrestarlo.
“El sospechoso murió”, dijo el jefe de la policía de Austin, Brian Manley, en una conferencia de prensa.
Manley -quien no identificó al sospechoso aunque los medios dicen que se trata de Mark Anthony Conditt- afirmó que se cree que esta persona es responsable de las cinco explosiones que dejaron dos muertos y varios heridos desde el 2 de marzo en Austin, la capital de Texas, en el sur de Estados Unidos, generando inquietud entre su población.
“Han sido unas largas tres semanas para la comunidad de Austin”, dijo Manley.
Los uniformados rastrearon el coche del sospechoso hasta un hotel en las afueras de la ciudad, y mientras aguardaban el arribo de equipos tácticos, el sospechoso comenzó a alejarse en el vehículo.
Cuando se dispusieron a impedir su avance y arrestarlo, el hombre detonó una bomba dentro del auto y murió, explicó Manley, quien precisó que un policía resultó herido en la explosión.
Indicó que se desconocen las motivaciones del sospechoso, que aún no estaba claro si actuó solo o tenía cómplices y que no se podía descartar la posibilidad de que hubiera bombas en algún lugar.
Fred Milanowski, de la Agencia de Alcohol, Tabaco y Armas de fuego (ATF) advirtió que aún había peligro.
“Queremos asegurarnos de que si las personas ven paquetes o bolsas sospechosas, que llamen al 911 para poder manejarlos”, dijo Milanowski.
El alcalde de Austin, Steve Adler, dijo por su lado a CNN que los habitantes de la ciudad aún deben permanecer vigilantes porque la investigación continúa y aún hay interrogantes sin responder, cómo saber dónde estuvo el sospechoso en las últimas 24 horas.
Pero por el momento, dijo, “hay una sensación de alivio en esta comunidad así como extrema gratitud y agradecimiento por este ejército de agentes del orden que han estado aquí”.
Solo el FBI envió 350 agentes para colaborar con la investigación.
La policía rastreó al sospechoso durante 36 horas tras surgir pruebas en imágenes de video y testimonios, indicó.
KEYE, filial de CBS en Austin, divulgó fotografías que dijo eran del sospechoso, luciendo una gorra azul de béisbol, guantes y posiblemente una peluca mientras el domingo dejaba paquetes en una oficina de FedEx. Las imágenes surgieron de los videos de seguridad de esa sucursal.
En la madrugada del martes estalló una bomba en la cinta transportadora de un centro de distribución de FedEx en Schertz. La policía confirmó el martes por la noche el hallazgo de un segundo paquete relacionado con los ataques en otro local de FedEx cerca del aeropuerto de Austin.
La compañía indicó que había proporcionado a las autoridades “amplia evidencia relacionada con estos paquetes y la persona que los envió” recogida de sus “sistemas de seguridad de tecnología avanzada”.
El presidente Donald Trump dijo en un tuit que “EL SOSPECHOSO DE LAS BOMBAS EN AUSTIN ESTÁ MUERTO. ¡Gran trabajo de los agentes de la ley y todos los concernidos!”
Trump había deplorado el martes la serie de explosiones al considera que su autor está “muy, muy enfermo”.
La policía dijo que el sospechoso fue aumentando la sofisticación de los atentados.
Las tres primeras bombas fueron dejadas en la entrada de las casas, la cuarta fue activada por un cable trampa y la quinta fue enviada a la cadena de entregas de FedEx.
Dos hombres negros de 39 y 17 murieron al explotar los paquetes bomba dejados en las puertas de sus casas. Una mujer hispana de 75 años resultó herida en la tercera explosión. Esto planteó la posibilidad de que los crímenes tuvieran una motivación racial.
Sin embargo, el ataque del domingo hirió a dos hombres blancos de 22 y 23 años mientras caminaban en un tranquilo barrio residencial del suroeste de Austin.
Con información de: © Agence France-Presse