Nicaragua inició este sábado una tregua de dos días como parte de un acuerdo alcanzado entre el gobierno y sus opositores en el diálogo nacional, después de un mes de violentas manifestaciones que han dejado más de 60 muertos y severos daños a la frágil economía del país centroamericano.
Los antimotines y las fuerzas de choque del gobierno se habían retirado a sus cuarteles, mientras que los estudiantes, que encabezan las protestas antigubernamentales, ordenaron facilitar la circulación en las zonas con bloqueos de vías y a manifestase si lo desean, pero de manera pacífica.
“No debe nadie crear desorden en la vía pública, a la población le pedimos no seguir atacando las arboladas (arboles de hierro construidos por el gobierno), no seguir atacando con piedras edificios públicos, no intentar dañar ningún espacio público o privado”, instó uno de los líderes del movimiento estudiantil Víctor Cuadras en rueda de prensa.
Por su parte el dirigente juvenil Lester Alemán informó que los campesinos se mantendrán movilizados a orillas de varios puntos importantes en las carreteras, pero “van a permitir la libre circulación” de vehículos.
La tregua fue pactada en la segunda sesión del diálogo que la Iglesia católica medió el viernes entre representantes del gobierno de Daniel Ortega y sus opositores para tratar de resolver la profunda crisis que vive Nicaragua desde que comenzaron las protestas hace un mes.
En el acuerdo, “el gobierno se obliga a retirar a sus cuarteles a la policía, a las fuerzas de choque y sus simpatizantes” y los manifestantes “a aunar esfuerzos para propiciar mejores condiciones al diálogo y normalizar el tránsito”.
Los estudiantes exigieron sin embargo este sábado al gobierno que dejara de “jugar sucio”, luego de que medios oficialistas publicaran las cédulas de identidad de sus líderes, incluido sus domicilios, con rótulos que decían “los rostros del caos”.
“Nos parece una completa falta de respeto y un abuso de autoridad (..) aceptamos esta tregua sin juegos sucios”, advirtió Cuadras.
El presidente del gremio empresarial José Aguerri, explicó que la tregua permitirá a las ciudades que han quedado aisladas por los bloqueos de vías reabastecerse con combustible, comida y a los productores sacar las cosechas de granos.
Se estima que los disturbios han causado una pérdida económica de 650 millones de dólares, lo que representa el 4% del Producto Interno Bruto (PIB) de 15.000 millones de dólares proyectado para este año, afirmó a la AFP el economista Néstor Avendaño, director de la firma Consultores para el Desarrollo Empresarial (Copades).
El comercio, el transporte, los hoteles y restaurantes están trabajando entre un 20% y 30% de su capacidad, la construcción privada se ha desplomado y los cierres de vías han obstaculizado la realización de proyectos públicos, apuntó.
Al menos 63 muertos, cientos de heridos, bloqueos de carreteras, incendios y saqueos han dejado las manifestaciones antigubernamentales.
Una misión de la Comisión Interamericano de Derechos Humanos (CIDH) recaba testimonios y evalúa desde el jueves el alcance de la violencia de las protestas en Nicaragua.
Los estudiantes no descartan promover un paro nacional si el gobierno aumenta en los próximos días la represión y el diálogo no logra resultados.
“Si no aprovechamos ese espacio (de dialogo) se puede crear una guerra”, pero “el paro nacional es posible si no se llegan a cumplir las condiciones”, dijo el joven Alemán.
Subrayó que el diálogo busca ante todo “negociar la salida” de Ortega, un exguerrillero de 72 años que gobierna desde hace 11 años con mano dura.
Los estudiantes proponen que Ortega renuncie a la presidencia, que se inicie un proceso de democratización y que se haga justicia por sus compañeros y pobladores muertos en las protestas.
Este sábado una comitiva de la CIDH, encabezada por el relator sobre los Derechos de las Personas Privadas de Libertad, Joel Hernández, llegó a la sureña ciudad de Masaya para conversar con las personas que han sido afectadas por la violencia gubernamental.
La delegación fue recibida por la población con aplausos y gritos de “vivas” y “justicia” a lo largo de varias calles de Masaya, un antiguo bastión sandinista que fue blanco de una fuerte represión el último mes.
Mientras que otro equipo de la CIDH entró a la sufrida occidental ciudad de León para hablar con “familiares de muertos y desaparecidos (que) piden justicia y una investigación independiente y confiable, dijo el secretario ejecutivo de la Comisión, Paulo Abrão.
Con información de: © Agence France-Presse